Los fugitivos habrían colaborado con la mafia italiana asentada en Montreal en una red internacional de narcotráfico

 

Cuatro individuos señalados como presuntos responsables de traficar cocaína y otras sustancias controladas desde México a Canadá fueron incluidos en la lista de objetivos del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

 

Se trata de los mexicanos Eduardo Carvajal y John Joe Soto, así como de Esteban Sinhue Mercado y Corell Carbajal García, originarios de California.

 

Investigaciones de la Fiscalía del Distrito Central de California enmarcadas dentro de la llamada ‘Operación Mano Muerta’ sugieren que estos cuatro hombres formarían parte de una red criminal internacional en colaboración con la Mafia de Montreal, un grupo canadiense liderado por la familia Rizzuto.

 

Eduardo Carvajal, oriundo de Guadalajara, Jalisco, es identificado como un posible traficante a gran escala encargado de coordinar el envío de cientos de kilogramos de cocaína desde México hasta Los Ángeles, desde donde aparentemente se distribuye hacia Canadá y otras regiones de EEUU.

 

Respecto a John Joe Soto, la Fiscalía californiana refiere que sería la mano derecha de Jesús Ruiz Sandoval Jr., uno de los aparentes jefes del entramado delictivo que actualmente está prófugo y del cual se conocen pocos detalles más allá de su nombre.

 

Sandoval, Carvajal y Soto, acorde con los expedientes, habrían fungido como proveedores de una amplia organización encabezada por Robert Scoppa, un comprador mayorista de drogas ligado a la mafia italiana que compareció el 30 de enero de 2024 ante la Corte de Montreal y enfrenta una orden de extradición a EEUU.

 

Aunque las indagatorias incluyen a Corell Carbajal García y Esteban Sinhue Mercado como posibles integrantes de este grupo, las autoridades no han brindado detalles sobre las actividades específicas en las que habrían incurrido.

 

 

Los cuatro sujetos a los que hoy busca el FBI, junto con Scoppa, forman parte de los acusados que enfrentan un total de 18 cargos criminales en el caso que el gobierno estadounidense abrió en contra de Sandoval Jr.

 

Presumiblemente, las operaciones de este grupo eran posibles a través de comerciantes y transportistas canadienses que realizaban continuos y breves viajes a Los Ángeles, California.

 

Ahí recogían vastos cargamentos de cocaína y metanfetamina, que después eran enviados a Canadá mediante tractocamiones con semirremolques diseñados para soportar amplios traslados.