A pesar de que el equipo del director del IMSS, Zoé Robledo, realizaba una campaña exitosa para posicionarlo como candidato a gobernador, un súbito anuncio presidencial frenó sus aspiraciones, en lo que se considera una señal de que sólo el presidente tomará la decisión.

 

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (Proceso).- “Zoé es incansable, por eso el presidente lo pone de ejemplo”; “lo trata casi como hijo”; “A Zoé nadie le hará sombra”, presumía el grupo cercano al director general del IMSS, Zoé Robledo, unos instantes antes de que su virtual postulación se les fuera de las manos por decisión del propio Andrés Manuel López Obrador.

 

Su caída fue como un balde de agua fría para la clase política chiapaneca, que desde el inicio del lopezobradorato apostó por la llegada de Zoé a la gubernatura de Chiapas en 2024.

 

A lo largo del actual sexenio no había día en que no se dijera hasta en las sobremesas familiares en Chiapas que Zoé Robledo Aburto –primero subsecretario de Gobernación y luego director general del IMSS– sería quien, llegado el momento, relevaría a Rutilio Escandón Cadenas en la gubernatura.

 

En Chiapas pronto hubo dos bandos en el tema sucesorio: los simpatizantes de Zoé Robledo y los del senador Eduardo Ramírez Aguilar. Los primeros apelaban a la cercanía de Zoé con López Obrador; los seguidores de Ramírez Aguilar, al trabajo de base del senador.

 

Pero el lunes 21 el presidente López Obrador rompió el esquema y cortó de tajo las aspiraciones de Robledo, cuando desde la “mañanera” declaró que el director del IMSS se queda el resto del sexenio a consolidar el sistema de salud IMSS-Bienestar.

 

El anuncio fue absolutamente inesperado. El mismo lunes, desde muy temprano, el equipo de trabajo de Zoé Robledo había difundido una encuesta en donde éste figuraba como el puntero indiscutido entre los aspirantes a la gubernatura.

 

De hecho, rápido corrió la versión aquí de que fue la publicación de esa encuesta en un rotativo de circulación nacional lo que molestó a López Obrador. Versiones de personas del círculo cercano señalan que desde la Presidencia se pidió “bajarla”, lo cual fue imposible, pues el equipo de Zoé ya la había divulgado y circulaba también en la edición impresa del medio.

 

Zoé Robledo tenía ya un equipo de trabajo dedicado completamente a su promoción personal; primero desde el IMSS y, desde hace unos meses, paralelamente a la estructura del instituto que todavía dirige.

 

De manera pública, algunos de los integrantes de este grupo cercano o promotores allegados al director del IMSS son el alcalde de Tuxtla, Carlos Morales; el diputado federal de morena Joaquín Zebadúa, su hermano Gabino Robledo (operador financiero), y el excandidato a gobernador José Antonio Aguilar Bodegas, quien realizaba hasta el lunes tareas de coordinador territorial y de operación política, entre otros.

 

Consultados al respecto, varios allegados a Robledo mencionaron que un consultor político de origen sudamericano trabajaba ya en el proyecto de Robledo, denominado “El porvenir para Chiapas”.

 

Dicho consultor, cuyo nombre no fue proporcionado, estuvo recorriendo los municipios y comunidades del estado con el programa “Diálogo Social”, consistente en mostrarle a los pobladores diapositivas sobre la carrera política de Zoé Robledo y de esa forma se familiarizaba a los potenciales votantes con la figura del aspirante a gobernador.

 

Las “sorpresas” presidenciales

 

Si bien el anuncio que hizo el jefe del Ejecutivo fue sorpresivo, “es acorde con la historia política de López Obrador, que siempre ha sido pragmática”, dice a la reportera uno de los fundadores de Morena en Chiapas, quien habla a condición de no publicar su nombre. El presidente, señala, “te puede perdonar cualquier cosa, siempre y cuando vea que a pesar de todo le eres útil”.

 

Además, te hará sentir su poder político “cuando lo considere necesario”, señala el político morenista, conocedor de López Obrador desde las épocas de la militancia en el PRI y luego en el PRD.

 

Refiere que en 2006 la pugna entre el PRI y el PRD era intensa en el estado. José Antonio Aguilar Bodegas buscaba ser el abanderado priista a la gubernatura y el gobernador era Pablo Salazar Mendiguchía, quien presumía no tener militancia política alguna, pero buscaba impulsar a su secretario general de gobierno.

 

Finalmente Juan Sabines Guerrero logró la nominación y se convirtió en gobernador, impulsado por una coalición de partidos encabezados por el PRD.

 

En su momento, Salazar Mendiguchía reveló públicamente que Sabines Guerrero fue propuesta de López Obrador.

 

En 2012, mientras AMLO relanzaba su carrera política, la alianza PRI-PVEM le arrebataría al PRD la gubernatura de Chiapas con Manuel Velasco Coello de candidato. Sin embargo, para 2018, las condiciones políticas cambiaron y los verde-ecologistas lograron una alianza con Morena.

 

Desde ese momento, Velasco se convirtió en socio político de López Obrador. “Pero en un socio subordinado –acota el político chiapaneco–, “es una ilusión pensar que López Obrador compartirá el poder”.

Esta decisión abre otra posibilidad, la de definir para Chiapas una candidata. Como sea, dicen morenistas consultados, este partido puede ganar con comodidad la elección del año próximo porque, dicen, “los pobres son los mexicanos más agradecidos y en el estado los programas sociales han fluido”.

 

Así, en un escenario en donde la candidatura estatal de Morena se decida por paridad de género, solo habría dos candidatas con posibilidades: la senadora Sasil de León Villard y la diputada federal por Palenque Manuela Obrador Narváez, prima hermana del presidente.

 

La senadora Sasil construyó su carrera política como colaboradora de Manuel Velasco y con su respaldo; fue secretaria para el Desarrollo y Empoderamiento de las mujeres entre 2013 y 2015.

 

Manuela Obrador Narváez ha recorrido rutinariamente su distrito electoral de Palenque por años, y el apellido pesa.

 

Se sabe que la diputada ha impulsado proyectos de economía de traspatio entre las mujeres del distrito, y entre sus gestiones presume la construcción de la unidad del Instituto Politécnico Nacional en Palenque, la más grande del Sureste, que ofrecerá tres ingenierías y una carrera turística.

 

Estas instalaciones son anunciadas en el marco de la generación de recursos humanos para el Tren Maya. Esa gestión es la que se destaca en los recientes espectaculares que se empezaron a colocar en distintos rumbos del estado, donde Manuela aparece con su primo el presidente.

 

Además de su parentesco y cercanía con el presidente, Manuela Obrador sostiene una fidelidad a toda prueba con el proyecto político morenista.

 

Por ello, integrantes de Morena comentan que el presidente deja atrás una coyuntura y, de acuerdo a su conveniencia, tomará una nueva decisión cuyo propósito es favorecer su proyecto: “Volverá a demostrar que el control político lo tiene él y nadie más”.

 

El histórico político opositor Francisco Rojas, exalcalde panista de Tuxtla Gutiérrez, afirma abiertamente que a Zoé Robledo “lo bajaron”: “El presidente le dijo ‘no vas’, así de simple”.

 

Y sobre la probable candidatura de Manuela Obrador, comenta: “Se ve luego, luego la imposición”.

 

El problema, dice Rojas, quien se reconoce como promotor de la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, es que a pesar de que probablemente haya fractura en Morena, “la oposición chiapaneca no tiene capacidad de ganar”.

 

En consecuencia, vislumbra que en Chiapas ganarán aún más poder los grupos que vienen de fuera: “Por eso seguiremos siendo el estado más pobre del país”. El interés de López Obrador por “bajar” a Zoé es solamente el de imponer a su sobrina, sostiene.

 

Al respecto, el periodista e investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas Sarelly Martínez Mendoza coincide: lo de “Zoé Robledo obedece a una decisión presidencial”. Considera que la decisión “favorece en primer lugar a Eduardo Ramírez Aguilar y en segundo lugar a la cuestión de género”.

 

Y añade: “En ese escenario la pelea por la gubernatura será entre Eduardo Ramírez Aguilar, Sasil de León y Manuela Obrador. Los demás candidatos serán meramente anecdóticos.”

 

Martínez Mendoza coincide también en que el presidente ha estado presente en desde el 2006 en la política de Chiapas, “imponiendo gobernadores o candidatos; salvo la candidatura de Manuel Velasco en 2012”. Aunque aclara que López Obrador tiene una historia de acercamiento familiar con Velasco Coello.

 

El académico analiza los escenarios y concluye que, si el presidente opta por respaldar a una mujer, “el candidato natural, o sea Eduardo Ramírez, podría rebelarse”, pues recuerda que en las elecciones de 2018, como candidato a senador rebasó en votos a López Obrador, con todo y que Chiapas es un bastión obradorista.

 

En 2006 López Obrador fue el candidato que obtuvo el mayor número de votos en Chiapas, a pesar de que no ganó la elección presidencial: obtuvo 546 mil 43 votos, seguido por Roberto Madrazo con 424 mil 524, mientras que Felipe Calderón obtuvo solo 213 mil 749. Ese impulso le permitió a Juan Sabines Guerrero convertirse en gobernador.

 

AMLO mantuvo su crecimiento de 2006 a 2012, que fue del 16%, y en 2018 alcanzó un millón de votos, suficientes para empujar a su candidato o candidata al gobierno local. Pero la inercia tampoco fue automática, porque si bien Sabines obtuvo siete mil 227 votos más que AMLO, en 2012 la entonces perredista María Elena Orantes recibió 45% menos y Velasco Coello arrasó.

 

Con el gobernador del Partido Verde, López Obrador triplicó la votación en relación con José Antonio Meade, al obtener más de un millón de votos en la entidad.

 

Martínez ratifica que no se espera que las elecciones del 2024 sean violentas y que Chiapas “siempre le ha respondido a López Obrador” con sus votos.