El presidente, Isaac Herzog, dijo que "es posible llegar a acuerdos" entre el Gobierno y la oposición en torno a la polémica reforma judicial impulsada por Benjamín Netanyahu y sus socios de coalición, que comenzará a votarse este lunes en el Parlamento.

 

Durante la última semana, me he dedicado de todo corazón a reuniones y conversaciones con todas las partes y con figuras influyentes, con el fin de discutir los desacuerdos que afrontamos», explicó Herzog durante un discurso este domingo.

 

«Tras todas mis discusiones, está claro que sobre la base de los principios que presenté la semana pasada es posible llegar a acuerdos en un período de tiempo relativamente corto, incluso en cuestión de días», agregó sobre una reforma judicial que ha polarizado a Israel y que, según sus detractores, erosionaría la separación de poderes y debilitaría las bases formales de la democracia israelí.

 

Esta reforma, que se comenzará a votar mañana en la Knéset (Parlamento), busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente debilitada.

 

La Cámara votará este lunes, en la primera de tres instancias, dos de los proyectos de ley incluidos en la reforma, que pretenden cambiar la composición del comité de selección de jueces y restringiría a la Corte Suprema la posibilidad de revisar y cambiar las leyes.

 

A ello se suma además la denominada «cláusula de anulación», que permitiría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pueda derogar los fallos emitidos por la Corte.

 

Con ocasión de la votación de mañana, se espera una multitudinaria manifestación en los alrededores del Parlamento en Jerusalén, continuando con un importante movimiento de protesta que comenzó hace casi dos meses y que ha concentrado a decenas de miles de personas cada semana, sobre todo en la liberal Tel Aviv.

 

Tras una masiva manifestación el pasado lunes, también frente a la Knéset, el presidente comenzó una serie de reuniones con líderes de la oposición y algunos de los impulsores de la reforma, tras las que dijo hoy estar «inequívocamente seguro» de que se puede llegar a un consenso.

 

El ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, propuso esta semana «un diálogo nacional» y solicitó 60 días de suspensión de los trámites legislativos para poder negociar los términos de la reforma.

 

La coalición gubernamental ha dicho que no parará el plan pese a las movilizaciones y al rechazo de sectores académicos, élites económicas o entidades bancarias del país, que alertan de los riesgos en las inversiones o la economía estatal que el proyecto podría suponer. EFE