Restauranteros, dueños de gasolineras, farmacias y franquicias invertirán los recursos, debido a que cuentan con proyectos y permisos autorizados.

 

Puebla, Pue. Aunque el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) afirmó que no aplicarían inversiones de su plan anual por 4,000 millones de pesos para lo que resta del 2020, debido a la pandemia por Covid-19, ahora reviró y serán alrededor de 600 millones de pesos los que se ejecutarán en los sectores de comercio y servicios.

 

Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, presidente del organismo integrado por 25 cámaras, argumentó que esto lo harán restauranteros, dueños de gasolineras, farmacias y franquicias, porque tienen los proyectos y permisos autorizados, ya que éstos últimos han sido difíciles de conseguir.

 

Reconoció que si bien las ventas están bajas al 30 y 40%, tras la reactivación económica del pasado 7 de agosto y de los cuatro meses y medio de paros por la contingencia sanitaria, los inversionistas no quieren interrumpir sus planes, porque tienen pedidos de mobiliario y otros equipos, de los cuales dieron un anticipo del 50%, lo que obliga a seguir para concretar los respectivos proyectos, porque hay riesgo de perder ese dinero o de que no les respeten precios.

 

No obstante, puntualizó a El Economista, que los empresarios están conscientes de que las ventas continuarán siendo negativas en lo que resta del 2020, pero también están preparados, por lo que será hasta principios de año cuando entren en operación los nuevos establecimientos, entre ellos 15 restaurantes, 10 farmacias y cuatro gasolineras.

 

Recordó que los sectores comerciales, vivienda, autopartes, textil, hotelero, agroalimentos, entre otros, realizaron inversiones por 3,000 millones de pesos en Puebla durante el 2019, pero ahora es otro panorama por la pandemia del Covid-19, que mermó a la gran mayoría que tenía proyectos.

Recuperar parte de empleos 

 

Indicó que haber parado actividades, desde el 30 de marzo, cuando se emitió la declaratoria de emergencia sanitaria por el gobierno federal, fue “atar de manos” a los empresarios, lo cual es entendible ante la pandemia que afecta al mundo entero, pero que trajo consigo costos en pérdida de empleos, esperando recuperar en el último trimestre 15,000 de las poco más de 50,000 bajas que hubo.

 

Alarcón Rodríguez recordó que del total de despedidos, 41,000 eran asalariados, quienes estaban dados de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el resto eran asimilados.

 

Dijo que en los meses restantes de este año, los empresarios que harán proyectos terminarán sus obras y capacitarán al personal con base en los lineamientos de la nueva normalidad, para reducir los riesgos de contagios, mientras no se ponga en marcha la vacuna contra el Covid-19.

 

“El resto de los empresarios con planes en este 2020, ha tomado con cautela la pandemia y prefieren esperar otro tiempo para aplicar su capital, del cual han tomado alguna parte para hacer frente a los gastos operativos que se presentan aún cuando estuvieron en paro, como fue el pago de nómina, a 50%, servicios y créditos con bancos”, concluyó.