El 20 de octubre se realizaron elecciones en Bolivia y los resultados oficiales indicaron que Evo Morales había ganado y que podría gobernar el país durante un periodo más. Los opositores denunciaron que se había realizado un fraude y salieron a las calles y comenzaron una ola de disturbios en las ciudades más importantes de Bolivia.
Un informe de la Organización de los Estados Americanos difundió que en las elecciones de Bolivia hubo graves irregularidades y pidió que se realizaran nuevas elecciones.
El 10 de noviembre, Evo Morales, entonces presidente de Bolivia llamó a nuevas elecciones, pero se presentaron disturbios en las calles, los policías se unieron a las protestas y horas después el presidente anunció su renuncia.
Evo Morales no sólo fue derrocado por las fuerzas de oposición, sino que además tuvo que solicitar asilo político en México para salvar su vida.
Evo Morales le dijo al diario El Universal que sí sería capaz de regresar a Bolivia, pacificar su país, y llamar a nuevas elecciones.
“Mi renuncia está en la Asamblea, si la Asamblea rechaza mi renuncia yo vuelvo. En este momento me siento capaz para pacificar Bolivia”.
“La pacificación no va a llegar con balas, con armas, como lo están haciendo, la pacificación llegará a Bolivia con diálogo, un diálogo con la participación de las Naciones Unidad, de la Iglesia Católica, con países voluntarios como mediadores”.
Evo Morales afirmó que si su regreso pacificara el país, regresaría de inmediato. El ex presidente de Bolivia pidió que los comandantes del ejército no se manchen las manos con la sangre del pueblo.
“Si mi regreso a Bolivia aporta a la pacificación, vuelvo mañana mismo, me duele que haya tantos muertos, me duele que las fuerzas armadas y la policía que he equipado tanto vayan a usar contra el pueblo. Comandantes, no se manchen con la sangre del pueblo”
