En agosto de 2021, los floricultores perdieron casi todo por lluvia y fuertes vientos que derribaron techados y destruyeron áreas de producción

 

(Heriberto Hernández) Con esfuerzo familiar o individual y con bajos precios, productores de árboles de Tenango de las Flores, la Junta Auxiliar más poblada del municipio de Huauchinango, tienen la esperanza de reponerse en esta temporada de fin de año, con la venta de flores de nochebuena y pinos navideños, por lo que, desde el fin de semana pasado, los productores instalaron el tianguis anual.

 

Yessenia Rosas es una productora de flor de nochebuena, de “la de color oscuro, color fucsia, blanca; de hoja grande y de la que hoja normal”, pero toda cuesta mucho producirla, más aún que han sido víctimas de los embates, como el que ocurrió el pasado 21 de agosto de 2021, cuando la lluvia y rachas de viento de hasta 60 km/h destruyeron sus invernaderos.

 

Los floricultores de Tenango perdieron producto, plantas y también sus viveros, especialmente sus denominados túneles hechos con base en metal y plástico, techados ocupados para resguardar sus esquejes, sus semillas y es en donde realizaban una gran parte de su trabajo.

 

 

Entrevistados para El Sol de Puebla, los productores explicaron que en su momento buscaron apoyo gubernamental para resolver sus problemas, sin embargo, se toparon con la respuesta de que no era un tema prioritario, dado que el gobierno destinó ayuda para que la gente volviera a levantar los techados de sus casas, además de entregar electrodomésticos como refrigeradores, estufas, además de algunos colchones, dado que hubo quienes perdieron todo.

 

Yesenia Rosas detalló que, para producir nochebuena, hay que invertir en sistema de bombeo de agua, tinacos, en macetas, fertilizantes, pero esto requiere una fuerte inversión.

 

Hay momentos en que los floricultores se organizan para realizar compras al mayoreo, y así conseguir un mejor precio, aunque la mayor parte de las ocasiones, no se organizan y cada quien hace sus compras por separado.

 

Los productores de planta y flor, en repetidas ocasiones optan por sistemas de financiamiento de casas financieras y otras, buscan préstamos con particulares, con el fin de empezar a sembrar desde abril y hasta julio, esto depende de qué tan grande quieren la planta o la flor.

 

La mayor cantidad de venta se debe de lograr desde el 25 de noviembre al 15 de diciembre, después sólo compran los distraídos a los que les ganó el tiempo para adornar su oficina, su casa con motivos navideños.

 

Al final de su exposición que realizan a un costado de la presa de Tenango, se preocupan por pagar lo que consiguieron y ver cuánto les quedó de ganancia.

 

Una historia semejante es la de los productores de “árboles de navidad”, que en realidad son pinos sidrela, chima o planchado, mismo que ocupa la gente para ocuparlos de producto ornamental en fiestas decembrinas. Cada árbol debe sembrarse cuatro años antes de que termine en la casa u oficina con esferas y luces intermitentes.

 

Don Máximo Cruz, oriundo de la comunidad de Xopanapa, municipio de Huauchinango, explicó que lleva unos 10 años en la producción de arbolitos para adornar la navidad.

 

Compartió que la gente que se “dedicaba a la madera”, ahora mejor siembran árboles de navidad, porque “ya los de la forestal están muy pesados y se la pasan correteando a los del campo”.

 

Tiene una hectárea de terreno sembrada de pino y también de aguacate, de azalea y arrayanes, éstos últimos los vende todo el año, podados de manera artística y en el fin de año vende sus árboles.

 

Lamentó el poco apoyo gubernamental de los tres órdenes de gobierno, dado que en Hidalgo “se sabe que hay más ayuda para los viveros”.

 

Durante el resto del año, además de vender arrayanes, se ayuda con la engorda de puercos y uno que otro “borreguito”.

 

Lamentó que a los compradores de pino para navidad, se les haga caro pagar 280 pesos por un ejemplar que tardó cuatro años en crecer y quedar apto para que adorne un hogar.