Muchas familias han vivido un aumento de la violencia durante el confinamiento por la COVID-19. Así lo muestra una investigación realizada por el Dr. Raúl Alcázar Olán, académico del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla, durante los meses del verano de este año.

De acuerdo con lo recabado en una encuesta, el 89.5 por ciento de los participantes afirmó haber sido víctima de violencia psicológica por parte de un familiar enojado, generalmente el cónyuge. Asimismo, el 94.4 por ciento de las mujeres y el 91.6 por ciento de los hombres han ejercido, estando enojados, algún tipo de violencia psicológica hacia algún familiar durante estos más 16 meses de pandemia.

Alcázar Olán, doctor en Psicología, desarrolló una investigación sobre el enojo y la violencia familiar durante la pandemia por COVID-19, en el estado de Puebla, con el apoyo del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCYTEP), y con la colaboración de alumnos y de la docente Graciela Isabel Wilson Corral.

Este trabajo, que incluyó propuestas para la creación de políticas públicas que contribuyan a reducir el problema, reveló que durante la pandemia una de cada cinco personas ha sido víctima de violencia física por parte de algún familiar enojado, especialmente la pareja.

Asimismo, la investigación realizada durante este verano, la cual incluyó una muestra de 665 adultos, da a conocer que en la pandemia el 33.5 por ciento ejerce violencia física contra algún familiar, la mayoría de las veces hacia la pareja, aunque también hacia los hijos.

Alcázar Olán, integrante del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, subraya que el enojo excesivo, entre otros factores, es un elemento que aumenta las reacciones violentas, especialmente las de carácter psicológico. En consecuencia, afirma, el manejo emocional se vuelve indispensable para disminuir dichos episodios de violencia.

De acuerdo con el especialista y creador de la Escala de Pensamientos de Enojo reconocida por la American Psychological Association (APA), si bien no se trata de un problema nuevo, muchas familias han padecido un aumento de la violencia a partir de una serie de causas derivadas del confinamiento por COVID-19.

“Si bien los gobiernos federal y estatal han realizado esfuerzos para combatir la violencia familiar, mediante programas que buscan remediar el problema o sancionarlo, no hay, o son pocas, las iniciativas para la prevención”, recalcó el académico de la IBERO Puebla.

El especialista de la Universidad jesuita de Puebla asegura que existe más información estadística sobre la violencia hacia las mujeres que hacia los hombres. Sin embargo, varios estudios señalan que la violencia más recurrente está en las relaciones de pareja, en la cual hombres y mujeres han ejercido varios tipos de violencia hacia su cónyuge.

Como parte de la investigación realizada se trabajó en propuestas para una política pública que busque reducir el problema del enojo excesivo y la violencia familiar, entre las que destacan: implementar de medidas preventivas para fomentar el autocontrol del enojo y el cuidado mutuo en las relaciones familiares.

Así como también concientizar a la población sobre el problema mediante diversas actividades y medios; aumentar la participación de la sociedad civil como promotores de la lucha contra la violencia familiar, y reconocer los daños del enojo excesivo y la violencia familiar.

Las investigaciones Enojo excesivo y violencia familiar: Informe para maestros y padres de familia y Enojo excesivo y violencia familiar: hacia una propuesta de política pública en el Estado de Puebla fueron realizadas en colaboración con la profesora de la IBERO Puebla, Graciela Isabel Wilson Corral, y los alumnos de Psicología Gabriela Bermúdez Cruz, Jenifer Azuleni Martínez de la Cruz y Pedro Rivera Martínez. Estos informes serán publicados como libros en los próximos meses.