En México hay cerca de 28 millones de personas que están en rezago educativo y, pese a no contar con las habilidades ni competencias formativas necesarias para su inserción al mundo laboral, miran a éste como escenario inmediato, señaló el Dr. Enrique Pieck Gochicoa, investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Para contribuir a desarrollar estrategias de formación que respondan mejor a las necesidades de transición al mundo del trabajo que enfrenta la población en situación de pobreza, la línea de investigación sobre Educación, Trabajo y Pobreza del INIDE -creada hace 22 años-, tiene al anterior como uno de sus objetivos.

El Dr. Pieck abundó que en el país ciertamente hay programas de formación para el trabajo, pero por lo general éstos se han orientado mayormente al sector formal, las empresas y la gran industria, con poca referencia a las necesidades de formación que enfrenta la población que vive en cinturones de pobreza y en el amplio espacio del sector informal.

La necesidad de estrategias pertinentes de formación para el trabajo en sectores vulnerables, el crecimiento del sector informal, las altas tasas de desempleo, la precariedad laboral, los desafíos del desarrollo tecnológico y la ruptura entre los espacios de la educación y el trabajo, justifican la existencia de una línea de investigación que aborde estas necesidades específicas de formación.

El objetivo general de Educación, Trabajo y Pobreza es contribuir desde una perspectiva interdisciplinar al conocimiento de las relaciones que se desarrollan entre las esferas de educación y el trabajo, con énfasis particular en los grupos de población menos favorecidos.

Los objetivos secundarios que guían esta línea son: analizar la demanda por recursos humanos y su relación con los niveles de escolaridad, analizar las relaciones que hay entre escolaridad y empleo formal -por ejemplo, contar con preparatoria y sus ventajas en el mundo del trabajo-, identificar los componentes que intervienen en los procesos de formación e incorporación productiva. 

Entre los objetivos de la línea están también: contribuir a desarrollar estrategias de formación -para darle una mayor relevancia a la formación en habilidades y auxiliar en los procesos de transición al mundo laboral-, reflexionar sobre la calidad de la formación para el trabajo -desde la pertinencia, la relevancia, los contextos y las poblaciones-, sistematizar experiencias significativas, y conocer los rasgos y la incidencia de los programas de educación no formal.

Los campos de investigación de esta línea van desde las políticas públicas orientadas a fortalecer la formación para el trabajo en sectores de pobreza, hasta programas gubernamentales focalizados en ciertas poblaciones -como puede ser el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro-.

También van desde la integración de los modelos educativos -cursos puntuales, articulación entre media superior y capacitación técnica-, hasta el foco en determinados grupos de población. En ese sentido, las investigaciones están referidas a una población diversa, que va desde niños de la calle, población de la tercera edad, con necesidades especiales, jóvenes urbanos y rurales, mujeres indígenas, etcétera.

El Dr. Pieck precisó que la línea de investigación contempla diferentes modalidades educativas -sean formales, no formales e informales-, tales como extensionismo agrícola, la secundaria técnica, bachilleratos tecnológicos, programas vocacionales para mujeres, cursos técnicos, entre otras.

Como parte de los proyectos desarrollados en poco más de dos décadas, se han realizado investigaciones sobre: I) programas de educación comunitaria en el ámbito de la educación no formal, que buscan promover vocaciones y oficios en jóvenes y mujeres del medio rural; II) la secundaria técnica –el papel que está cumpliendo esta modalidad en la formación para el trabajo-; III) incidencia del componente de formación para el trabajo en los bachilleratos tecnológicos; IV) percepción de egresados de los tecnológicos universitarios; V) incidencia de la capacitación para el trabajo en trayectorias de vida de jóvenes en situación de vulnerabilidad; y otros más.

Los Institutos de Capacitación para el Trabajo (ICAT) y los Centros de Capacitación Técnica Industrial (CECATI), que dependen de la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo (DGCFT), han sido el foco de diversas investigaciones que se han desarrollado en los últimos años. Con base en diferentes convocatorias, se ha buscado la identificación de experiencias significativas de formación para el trabajo.

Actualmente, se está desarrollando una tercera convocatoria, orientada a identificar experiencias significativas de formación para el trabajo en tiempos de pandemia. Este tipo de sistematización de experiencias ha permitido generar diversas lecciones y aprendizajes que podrían contribuir a que las estrategias de formación tengan un mayor impacto social.

Es importante comentar cómo, gracias a un financiamiento de la Fundación Ford, se desarrollaron diferentes talleres de formación dirigidos a programas gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, y se desarrolló un Sistema de información sobre experiencias de formación para el trabajo (SIEFT), donde pueden ser consultadas 220 fichas sistematizadas sobre diferentes programas de formación para el trabajo en sectores de pobreza en México.

Las interrogantes que guían las investigaciones dentro de esta línea han estado referidas al sentido y significado que tienen los programas de formación para el trabajo. Por ejemplo, qué le significa un curso de corte y confección a una mujer indígena del medio rural, qué le significa a un joven un programa de herrería o qué implicaciones conlleva enriquecer el bachillerato con módulos de capacitación para el trabajo.

De ahí que la mayoría de los proyectos de investigación se ubican en el paradigma de la metodología cualitativa, donde hay un interés por conocer la incidencia de los programas de formación para el trabajo en la trayectoria de vida de la población de contextos vulnerables, sus procesos de inserción, las implicaciones de los vínculos que se puedan establecer entre la educación formal y no formal, entre otros.

Los interrogantes que animan a esta línea tienen que ver con factores sociales, económicos y políticos que intervienen en el desarrollo de las estrategias; la relación entre formación y empleabilidad; la pertinencia y relevancia que tienen las diferentes habilidades en contextos de pobreza; los vínculos que se pueden armar entre diferentes instituciones; y qué hay detrás de la calidad de la formación para el trabajo.

Con esa mirada cualitativa los investigadores/as tratan de rescatar la voz de los sujetos, tratando de recuperar su experiencia, para lo cual utilizan como herramientas prioritarias a las entrevistas no estructuradas, entrevistas a profundidad, grupos focales y relatos de vida.

Señaló el Dr. Pieck: “Se busca, en las sistematizaciones, que no seamos nosotros los que damos cuenta de las experiencias, sino más bien partimos de la importancia de sensibilizar a los responsables en el enfoque de la sistematización (como enfoque de investigación), así como brindarles herramientas como el relato de vida, para que las y los actores expresen sus voces y den cuenta de sus experiencias”.

Los referentes teóricos de la línea de investigación Educación, Trabajo y Pobreza se han ubicado mayoritariamente en el amplio campo de la sociología de la educación; la desigualdad social; los conceptos de experiencia, subjetividad, resiliencia, trayectorias de vida; la calidad de la formación para el trabajo; la racionalidad en los procesos de capacitación; los procesos de inserción y transición laboral; y las habilidades técnicas, socio-emocionales y socio-laborales.

La línea de Educación, Trabajo y Pobreza fue dada a conocer por el Dr. Enrique Pieck Gochicoa durante la presentación de la Línea de investigación: impacto social de la educación, que formó parte del Seminario Permanente de Investigación Educativa, organizado por el Departamento de Educación de la IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México.