La crisis sanitaria, económica y humanitaria que vive el mundo por el virus Sars-CoV-2 no podrá ser resuelta por la vía de propuestas aisladas y en cada país se requerirán esfuerzos colectivos e integrales, con la participación de todos los sectores, tanto públicos como privados. En este momento, nadie –ninguna persona, institución o empresa— deberá quedarse fuera, ni en dar ni en recibir, según sus posibilidades y necesidades, con justicia y equidad.

Ésta fue una de las reflexiones hechas durante la reunión ‘Retos del sector educativo post-pandemia: Encuentro Universitario-Ministerial’, convocado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en el que se analizó el impacto del coronavirus respecto al número de contagios y personas fallecidas, el desempleo, el aumento de la pobreza y hambre, lo que intensificará las tensiones nacionales, regionales e internacionales.

De acuerdo con el posicionamiento de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), en la “dimensión regional e internacional, una economía interconectada en múltiples aspectos no podrá salir adelante sin la cooperación entre los Estados. La crisis sanitaria demuestra, con absoluta claridad, que la interconexión; en todas las direcciones y latitudes, nos incorpora en una especie de burbuja planetaria, de la cual somos parte”.

Esta compleja imbricación de países, economías y poblaciones obliga a pensar en que es la hora de combinar las responsabilidades, la solidaridad y la cooperación entre las naciones de la región latinoamericana y caribeña; a decir verdad, se trata de un reto que involucra a la humanidad entera.

Por ello, también es la hora de la compasión: de identificarnos con el sufrimiento ajeno; y es la hora de la generosidad, y de superar “el laberinto de la soledad” que sume a nuestros pueblos en el aislamiento, y de promover soluciones conjuntas que permitan visualizar soluciones a la actual crisis y una mejor vida para todas nuestras naciones y sus habitantes.

Respecto al confinamiento como una estrategia para interrumpir los contagios, se expresó que no es una decisión fácil, sobre todo porque la informalidad es una característica sobresaliente de nuestras economías y las personas deben salir a la calle a ganarse el sustento de cada día. Ante estas circunstancias, es muy importante que la población tenga tranquilidad en dos sentidos: que no dejará de recibir servicios básicos y que contará con un ingreso básico.

Frente a este escenario, rectores y rectoras de universidades públicas y privadas de América Latina y el Caribe, reunidos con los representantes de los Estados que conforman la CELAC, convocados por el secretario de Relaciones Exteriores de México, presidente pro tempore de la CELAC, frente a la crisis sanitaria, económica y humanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, manifestaron lo siguiente una serie de tópicos a atender.

Entre ellos, que los Estados tienen la responsabilidad de enfrentar la crisis con el apoyo solidario de todos los sectores sociales, acorde con el principio de progresividad, a la vez que es una tarea impostergable fortalecer los sistemas de salud, combatir el desempleo y aliviar el hambre; superar la desigualdad y buscar la justa distribución de la riqueza, así como superar la brecha digital.

Las instituciones de educación superior se comprometen a transitar hacia modalidades híbridas de enseñanza y aprendizaje; no dejar fuera de la educación superior a la población vulnerable; el trabajo docente, de investigación, innovación e incidencia social deberá estar basado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estudiar problemas a partir de perspectivas interdisciplinaria o transdisciplinaria; y se fomentará el trabajo colaborativo, entre otros puntos.