Pocas cosas repercuten en la vida de las personas como la sensación de haber alcanzado un objetivo. El éxito, entendido desde la perspectiva de la trascendencia como persona, nunca es individual: las personas alrededor de la exitosa y el exitoso comparten los laureles de la victoria y las metas alcanzadas. La alegría se contagia.

Para Mateo T. Aguilar, monitor en la IBERO Puebla y beneficiario del Programa Codo a Codo, el motor en la búsqueda de ese éxito recae en su familia: “Tengo hijos y ellos necesitan una educación mejor que la mía. Esa fue la principal motivación que tuve. Para poder ayudarlos a ellos, tengo que prepararme yo.” El deseo de crecer también se hereda.

Mateo se encuentra estudiando el noveno módulo del bachillerato abierto en el sistema de la SEP. Se trata de una modalidad implementada por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) pensada en los hábitos de vida y las jornadas laborales de las personas que desean retomar o concluir su escolaridad.

 Tradición jesuita

Aunque con otro nombre, el Programa Codo a Codo nació en 1989 como una campaña de capacitaciones para el personal académico. Fue iniciativa del P. Xavier Cacho, S.J. que dicha instancia se extendiera a las y los colaboradores del área de Servicios Internos. No obstante, las sesiones estaban pensadas en un público distinto y debían adaptarse.

Se percataron de que algunos participantes no sabían leer ni escribir, así que ese fue el punto de partida en muchos casos.

A poco más de treinta años de su arranque, el Programa se encuentra a cargo del Área de Servicio Social, lo que lo convierte en una ventana de vinculación entre la Comunidad Estudiantil y las y los beneficiarios. El responsable de dar seguimiento es Francisco Javier David Martínez Sánchez, académico de la IBERO Puebla que funge de coordinador y enlace entre un programa cuyos principios fundamentales se basan en los valores institucionales.

https://www.youtube.com/watch?v=uzmYlV4iyOE

Primero lo primero

Codo a Codo está dirigido a todas y todos los integrantes de la Comunidad IBERO Puebla, haciendo énfasis en la Dirección Planta Física y Servcicios Generales, donde se presentan muchos casos de personas que no han terminado la primaria, secundaria o preparatoria. Sus familiares directos también pueden beneficiarse de este programa.

En muchas ocasiones, las y los interesados en continuar con sus estudios se ven en la necesidad de acudir a capacitaciones previas para adquirir algunas habilidades esenciales. Sergio Germán, colaborador en el área de albañilería, recibió lecciones de computación básica para poder comenzar el programa de bachillerato en línea.

"Yo no sabía utilizar la computadora, ni siquiera encenderla. Fui aprendiendo poco a poco para estudiar la preparatoria e ir sobresaliendo”.

El Programa oferta una introducción a los principios básicos del uso de equipos de cómputo, así como navegación en internet y redes sociales. Las asesorías, tanto en el proceso previo como a lo largo de las acreditaciones, consisten en el acompañamiento: “Cuando los compañeros tienen dudas, se acercan a nosotros y les explicamos”, explica Javier Martínez.

Mientras se abrían las convocatorias, María Justina Cóatl, de intendencia, aprovechó para reforzar sus conocimientos en computación con el fin de poder retomar el bachillerato que truncó años atrás. Si bien el vértigo de las nuevas experiencias ha estado presente, ha encontrado respaldo en las y los estudiantes voluntarios del Servicio Social.

https://youtu.be/FyG1YDTVgJ4

México: secundaria y poco más

En 2015, se estimó que la escolaridad promedio en nuestro país para personas mayores de 15 años de edad es de 9.2 años, es decir, concluir la secundaria. Esto implica que un amplio sector de la población adulta no cuenta con estudios de nivel medio superior o superior pon un sinfín de factores, siendo uno de ellos el abandono de estudios.

De acuerdo con el INEGI, en el ciclo escolar 2018–2019 se presentó una tasa de deserción del 9.5% a nivel medio superior en el estado de Puebla, en contraste con el 4.1% a nivel secundaria. A nivel nacional, 12.9% de las y los estudiantes que iniciaron el mismo periodo académico en preparatorias no lo concluyeron. Ahora bien, ¿por qué desertan las personas?

“Siempre quise seguir estudiando, pero no se me había dado la posibilidad por diferentes circunstancias”.

María Justina se casó mientras cursaba el primer año de la preparatoria. También fue madre a temprana edad. Ambas circunstancias hicieron difícil que pudiera continuar con sus estudios de manera adecuada. Codo a Codo coincidió con los trámites particulares que realizaba para terminar el bachillerato, por lo que la presencia del proyecto fue la señal indicada de que podría conseguirlo.

https://youtu.be/Amtr0nQ-gls

Cómo funciona Codo a Codo

En un acuerdo firmado por el Dr. Fernando Fernández Font, S.J., exRector de la IBERO Puebla, quienes estudian primaria, secundaria y preparatoria tienen una hora a la semana para estudio. Todos los sábados, que es el día con menos trabajo, se dedican al estudio: utilizan la hora del acuerdo más una o dos que ellos dispongan de su tiempo previo o posterior a su turno.

“Que el alumno conozca las necesidades de las y los compañeros que nos brindan un servicio y, a su vez, ellos retribuyan sus conocimientos compartiéndolos con los otros. Buscamos una horizontalidad, una formación integral”.

La importancia de que sean las y los universitarios quienes encabecen las asesorías recae en el compromiso de vincular a la Comunidad IBERO Puebla con los grupos vulnerables y sus necesidades específicas. Por supuesto, antes de ir al exterior, es necesaria una mirada introspectiva y comprender lo que ocurre al interior del campus.

Las personas que quieran entrar en esta dinámica deben pensar en dedicar un tiempo para ellas mismas para poder estudiar. Mientras que María Justina llega a sus asesorías dos horas antes de que inicie su turno, Mateo y Sergio lo hacen una vez que ha concluido su jornada.

Primero personas, luego profesionistas

Vivimos en tiempos en que el grado académico se pone en entredicho debido a la diversificación de la economía y las fuentes de ingreso. No obstante, la apuesta del Programa Codo a Codo es que sus beneficiarios contemplen múltiples escenarios: la educación ignaciana es horizontal e inclusiva.

Para Javier Martínez, una persona que sabe leer se vuelve independiente. Una persona que sabe entender tiene la posibilidad de buscar otras alternativas. Una persona que depende de los otros para sus interpretaciones se vuelve cautiva de ellos. A través del conocimiento y el acompañamiento en espíritu del bien común, se fomenta la libertad de acción y elección de las y los integrantes del Programa.

https://soundcloud.com/ibero-puebla/4-importancia-de-seguir?in=ibero-puebla/sets/entrevista-javier-martinez-programa-codo-a-codo

Las percepciones del alumnado no distan mucho de esto. Madre de dos hijos y responsable de su educación y cuidado, María Justina es consciente de las dificultades que representa fragmentarse para cumplir con todas las obligaciones. Aun así, confía en que los estudios le den mayores posibilidades de crecimiento.

“Es importante porque conocemos cómo funciona la sociedad. Aquí en la Universidad, si quiero un puesto más alto tengo que tener una licenciatura o carrera técnica”.

Al igual que ella, Mateo tiene como eje central a su familia y su deseo propio por superarse. Contar con cierta escolaridad, piensa, permite a las personas desempeñarse mejor en sus labores profesionales al tiempo que se aspira a mejores plazas, mismas que se representan un desarrollo del nivel de vida familiar. Todo actúa en sincronía.

A menos de una semana de celebrarse la Ceremonia de Graduación de Licenciaturas, la IBERO Puebla llevó a cabo la entrega de reconocimientos a las y los compañeros de Servicios Internos que concluyeron su participación en el Programa Codo a Codo.

Durante el jubiloso evento, el Mtro. Mario Ernesto Patrón Sánchez, Rector de nuestra Casa de Estudios, recordó que la misión institucional es posible gracias a que somos e intentamos ser una gran y diversa familia. Caminamos juntos y resolvemos cosas que nos retan.

“Nuestros compañeros y compañeras, de forma silenciosa, siempre están en la Universidad, en pasillos, salones, entradas y eventos. Son quienes hacen posible que los demás puedan realizar su trabajo”.

En complemento, el Dr. Francisco Valverde Díaz de León, director general del Medio Universitario, recordó que lo más relevante desde la perspectiva ignaciana es formar sujetos conscientes de sí mismos. “Este proceso de formación despierta en nosotros mismos, una conciencia social”, dijo.

Luz Torres Nolasco, de intendencia, fue la encargada de dar palabras de agradecimiento en nombre de las y los ocho miembros del Programa Codo a Codo que concluyeron oficialmente sus estudios en febrero 2020. Breve y contundente, sus palabras giraron en torno al sentimiento de gratitud hacia autoridades, estudiantes y familiares que les acompañaron a lo largo del proceso.

Entre flores, risas y unas cuantas lágrimas, nuestro personal de servicios se hizo acreedor de una constancia simbólica que avalaba las horas de estudio, múltiples asesorías, pruebas y errores y un cúmulo invaluable de conocimientos. El advenimiento de tiempos mejores se manifestó en un entorno cuyo cimiento base recae en la familia y el valor de la Comunidad.

Esta generación destaca por ser la primera en que se gradúan compañeras y compañeros de preparatoria. Como comparten María Justina, Mateo y Sergio, las pretensiones son mucho mayores. El mundo demanda mujeres y hombres con preparación académica, misma que ha de ser acompañada por un profundo sentido de compromiso social y espíritu crítico.