A través de la Licenciatura en Economía y Finanzas, el grupo de interés en Economía y Finanzas PANTA REI convocó a la conferencia Brechas de género en México, impartida por la Dra. Eva Arceo Gómez, académica de la IBERO Ciudad de México-Tijuana.

Comenzó puntualizando que el 30% de las mujeres afirman haber perdido la oportunidad de desarrollo laboral debido a su género y deben trabajar 35 días más para igualar el salario promedio de un hombre. Destacó que las mujeres cuentan con una participación del 45% en el mercado laboral, mientras que los hombres participan un 80%.

De acuerdo con la doctora, en la década de los 90, las mujeres solían ser menos productivas que los hombres. Sin embargo, en la actualidad, la productividad de ambos sexos es equiparable. Destacó que la brecha salarial es más grande en las clases bajas.

Esto llevó a la investigadora a compartir la segregación en las ocupaciones y jerarquía empresarial. Sobre el tema, puntualizó que México no está tan dividido en cuanto a ocupaciones. Sin embargo, la imposibilidad de acceso de las mujeres a puestos directivos genera una brecha salarial inminente.

Demostró el impacto de la discriminación en el ambiente laboral a través de un experimento donde se enviaba currículums de experiencia equiparable a mil empresas. Esta investigación arrojó que las aspirantes femeninas reciben 40% más llamadas de las compañías.

En contraste, las mujeres de piel blanca reciben 25% más llamadas que las de piel morena. También se descubrió que las solteras tienen más oportunidades laborales que las casadas. Se reveló que las mujeres piden menos dinero, por lo que son percibidas como mano de obra barata.

La Dra. Arceo Gómez realizó una serie de encuestas en un contexto académico. Estas arrojaron que las profesoras reciben más de apariencia y personalidad que sus pares masculinos. También, se descubrió que la palabra “mala” se utiliza más en las mujeres. Además, las y los alumnos usualmente se refieren a sus maestras como “miss” y a sus maestros por sus títulos académicos.

Sobre las incapacidades y permisos por maternidad, comentó que los hombres no se ven afectados debido al nacimiento de sus hijos. En cambio, las mujeres dejan de trabajar debido a la lactancia y el cuidado de los infantes. Además, se descubrió que los efectos laborales del nacimiento de un hijo tienen impacto a largo plazo.

La investigadora concluyó que las mujeres siguen siendo discriminadas, a pesar de que las brechas de género han disminuido en años recientes. Afirmó que es de gran importancia otorgar las mismas licencias de paternidad tanto a hombres como mujeres, ya que esto beneficiaria a las y los trabajadores y sus familias.