No son pocos los críticos que han tomado la palabra para menospreciar el trabajo de Sergio Pérez en la Fórmula 1 durante los últimos 13 años. Últimamente y, proporcionalmente a la relevancia que Checo ha tomado en la categoría luego de su contratación por parte de Red Bull, las descalificaciones argumentadas, o no, han proliferado, sobre todo en el comparativo con su coequipero Max Verstappen.

 

Algo que por supuesto al mexicano le debe tener sin cuidado ahora que ha ganado en Azerbaiyán su segundo Gran Premio de cuatro disputados en la temporada. Seguro pensará el piloto tapatío 'síganme despreciando', lo que importa, al final, son los resultados.

 

Checo Pérez debe ser el piloto más subestimado de la Máxima Categoría: 'piloto de pago', 'bajo perfil', 'no digno de correr en equipo de punta', etc. son algunos de los calificativos que le han colgado. Pero, poco a poco las críticas se tornan en elogios.

 

El análisis debe salir de la azotea, de la cabeza, no las tuberías, del estómago. Hoy Checo Pérez se ha revalorado porque puede competir con Max Verstappen, un piloto que podría llegar a ser uno de los mejores de la historia

 

Max empuja a Checo a ser mejor y Pérez empuja y empujará más a Verstappen, sobre todo ahora que ya es una amenaza real a sus pretensiones de ser tricampeón del mundo.

 

Ahora, hay muchas más críticas a Checo Pérez porque está en el mejor equipo y con el mejor monoplaza. Se llama exigencia, pero a veces rebasa los límites y se convierte en ataque visceral. Es peor ser ignorado, dicen que Salvador Dalí decía, que hablen de mí aunque sea bien.

 

Al respecto, al terminar la carrera en Bakú, donde triunfó de forma categórica, Checo Pérez en el 'Media Pen' (un corralito a donde acuden los pilotos a atender a los medios, primero la TV siempre y luego los escritos y digitales), Checo dijo algo que pudiera haber tenido varios remitentes: "Lo he dicho desde hace tiempo, mi objetivo es ser campeón, pero no hablo mucho afuera, yo hablo en la pista".

 

La 'pedrada' pudo haber pegado en el piloto de paso fugaz por la F1, Christijan Albers, quien en un video blog que conduce para De Telegraaf (un medio muy relevante en Países Bajos) criticó acremente a Checo Pérez, al poner en duda su capacidad como piloto, "no es muy bueno", dijo, al tiempo que hizo menos su capacidad de gestionar neumáticos o de conducir en circuitos callejeros. En suma, decía que su paisano, porque es neerlandés, no tenía competencia en el tapatío.

 

Lo que vino después es deplorable. Gente en redes que lo amenazó de muerte o linduras así. Eso no se vale, Albers puede o no tener razón, puede o no ser visceral, pero lo otro es un delito. Lo que sí es un hecho es que hoy deberá buscarse un argumento mejor o recapacitar en sus juicios.

 

Otros que, si no se agacharon, les pegó 'con todo' la victoria son desde el asesor de Red Bull, Helmut Marko hasta pilotos de gran renombre como Felipe Massa y David Coulthard, pasando por ex directores operativos de equipos, hoy analistas como Peter Windsor.

 

Marko, quien es el segundo hombre de más peso en Red Bull Racing, sólo detrás del Team Principal, Christian Horner, no tiene pelos en la lengua y dice las cosas como le vienen a la mente, sin filtros y ha desestimado el valor de Checo Pérez en ocasiones, como en otras elogiado su desempeño.

 

El hombre que el jueves cumplió 80 años se ha convertido en el villano favorito de los fanáticos de Sergio Pérez, sobre todo los mexicanos, porque no se han acostumbrado a que Helmut habla de lo que le pregunten, de acuerdo al 'estado del tiempo' y en cualquier dirección, pero siempre hace hincapié en que Max Verstappen es un piloto muy superior.

 

Y hay que ser justo con esto, Verstappen tiene 27 victorias y dos títulos mundiales desde que llegó Checo Pérez a Red Bull, así como 37 de por vida en total por 6 del nacido en Guadalajara. Así que los argumentos de Marko existen, lo que cala a sus fans es que nunca le pone anestesia a sus comentarios y los suelte tan en caliente.

 

De manos negras y sabotajes no hablaré, porque son teorías de conspiración que no merecen más de 50 caracteres.

Punto y aparte, Felipe Massa, quien debe ser recordado porque haber sido 'campeón del mundo de F1' durante dos minutos, hasta que Timo Glock ya no pudo con sus neumáticos lisos en la lluvia que caía en Brasil y entonces se coronó Lewis Hamilton, nunca ha parecido tener en alta estima a Checo Pérez.

 

Desde los tiempos en que coincidieron en la pista tuvieron algunos desencuentros como un contacto en el Gran Premio de Canadá de 2014 o tal vez han visto un video muy socorrido en una junta de pilotos donde Massa se queja de que Pérez obstaculizó a Lance Stroll y el tapatío le espeta con sorna “¿Eres su papá?”.

 

Más allá hechos anecdóticos, hace unos días Felipinho dijo que Checo Pérez no podría vencer a Verstappen porque le falta consistencia. Pues ahora, el brasileño ve su argumento desmoronarse, aunque, en honor de la verdad, todavía está por verse que el piloto del auto 11 de Red Bull tenga esa regularidad en el más alto nivel en las 19 carreras que restan en el calendario. Y si no es así, Massa tendría la razón.

 

Massa no dijo mentiras si se cree que su comentario fue analítico y marcó el factor clave, el asunto es que de entrada señaló como un hecho que Checo Pérez carece de esa constancia, cuando en toda su carrera se ha caracterizado por sacar más de lo han tenido los limitados autos que le tocó manejar en Sauber, McLaren, Force India y Racing Point. Gracias al trabajo de Pérez la escudería de Vijay Mallya, luego de Lawrence Stroll peleó siempre por ser el mejor del resto.

 

El caso de David Coulthard es diferente. Él se proyectó en Pérez cuando Max Verstappen lo superaba por 3 o más milésimas en cada sesión e hizo un simil entre ello y su situación como coequipero de Mika Hakkinen en McLaren. A ambos les falta un poquito, pero ese poquito era suficiente, palabras más o palabras menos.

 

El camino de Checo Pérez en Red Bull no ha terminado y no se sabe cómo terminará, si como un Coulthard o como un Rosberg.

El inglés Peter Windsor protagoniza el caso más curioso y desconcertante entre los críticos recientes de Checo Pérez, porque aseguró tener varias fuentes internas del equipo que le dijeron que el mexicano no había aceptado sus errores en Australia y que el monoplaza no tenía ningún problema.

 

Descalificaciones más o menos vertidas en un podcast por este experimentado ex director de patrocinios de Williams y de operaciones en Ferrari venido a periodista, hacían ver a Checo Pérez como un mentiroso y como un piloto sin la capacidad necesaria para estar en Red Bull.

 

Tal vez, demasiada saña del inglés para analizar un tema que el equipo no desmintió a Pérez, luego de que efectivamente hubo opiniones encontradas entre Marko y Checo, y que en Bakú se confirmó que hubo varias fallas en el auto que provocaron que el '11' saliera de la pista en cinco ocasiones en el mismo lugar.

 

Es penoso ver que un hombre con la trayectoria de Windsor se preste a mirar por encima del hombro el trabajo de Checo Pérez y además lo haga en repetidas ocasiones, pero, insisto a mayor responsabilidad por tener un mejor equipo la acompañan siempre críticas de la peor ralea... y pasa en todos los deportes.

 

Las desestimaciones siempre existirán y son parte del juego, lo que no lo es que la base de seguidores de Checo Pérez se torne agresiva hasta la inconsciencia con los críticos, eso no ayuda al mexicano de 33 años, al contrario, parece que él soltara a sus 'perros' para atacar a los que osan cuestionarlo, algo que por supuesto no es cierto. Ojalá la afición mexicana que sigue a Checo crezca en número y clase y se divierta con lo que ya es y puede ser todavía más una histórica temporada para el deporte motor.