BARCELONA -- El Barcelona dispuso ya la política deportiva a implantar en el primer equipo, a corto plazo, de acuerdo a lo acordado con Ronald Koeman: la cantera tomará un papel protagonista indiscutible y solo se contemplaría el fichaje de un delantero o mediocampista (solicitudes del entrenador) en el caso, improbable, de obtener un buen ingreso durante las próximas dos semanas que permitieran acudir al mercado.

 

Fuentes del club azulgrana reconocieron a ESPN Digital que su delicada situación económica se mezcla con el convencimiento de retomar el camino de una cantera que, se asegura "tiene excelentes jugadores para el primer equipo".

 

Cruyff inventó un día a Milla y otro a Pep Guardiola; Van Gaal catapultó a Xavi y se entregó a Puyol; Guardiola descubrió a Pedro y a Busquets... Y Koeman dio galones a Pedri antes de promocionar a Mingueza. Y el camino no acabará ahí porque la ruina económica que asola en el Camp Nou se contempla como la ocasión, innegociable, de volver a las esencias.

 

Haciendo de la necesidad virtud, el Barça recuperará y redoblará su apuesta por La Masia como ya hicieran, en la época moderna, Johan Cruyff, Louis van Gaal y Pep Guardiola. El primero, en 1995 y como respuesta a la mala prestancia de los fichajes, catapultó a la llamada Quinta del Mini que tras su excelente puesta en escena se diluyó tras el despido de Johan; Van Gaal, señalado por llenar la plantilla de compatriotas, algunos de dudoso gusto, impuso los cimientos futuros con Puyol, Valdés, Xavi, Andrés Iniesta y, a su vera, Gabri o Reina; el tercero apostó de entrada por Pedro y Sergio Busquets... Y llegó a conquistar un Mundial de Clubes, en 2011, con una alineación en la que se juntaron nueve futbolistas surgidos de su futbol base.

 

UNA GRAN GENERACIÓN

Después de casi una década en la que apenas Sergi Roberto se afianzó en el primer equipo y futbolistas como Thiago Alcántara, Dani Olmo, Adama Traoré, Cucurella, Christuan Tello, Rafinha, Miranda, Cuenca, Jonathan dos Santos o Masip (cuya presencia en la plantilla no habría sido nada descabellada) tuvieron que emigrar por no encontrar espacio en el vestuario, el Barcelona solventó regresar a sus esencias volviendo a mirar al futbol base.

 

"Tenemos una generación de la hostia”, proclamó abiertamente Gerard Piqué refiriéndose a los jugadores que empujan con determinación desde atrás y a los que Ronald Koeman va dando espacio, sin ruido pero sin descanso. Jóvenes liderados por Pedri, quien explotó por sorpresa hace un año y a quien acompañaron Ronald Araujo, Mingueza o el hoy prescrito Ilaix Moriba. Junto a quienes pelea sin rendirse Riqui Puig a la espera de la recuperación de Ansu Fati y a quienes se suman Nico, Gavi, Demir, Balde o Yusuf Demir, la perla austriaca a quien Piqué llegó a comparar, osadamente, con Messi por "su regate". Y Eric García, claro, que como el veterano capitán hizo su master en Manchester (él en el City) para regresar con ansias de gloria al Camp Nou.

 

De entre todos ellos solo uno, Alex Collado, parece tener los días contados en el club. Una sospecha que levanta ampollas entre quienes defienden su excelsa calidad que, sin embargo, no convence al entrenador, tal como ocurre con Riqui, que por tercer año intentará dar la vuelta a una situación tan incómoda como incomprendida por muchos.

 

ESPACIO NECESARIO

La confirmación de esta apuesta por los jóvenes la demostró Koeman en la primera jornada de Liga, cuando incluyó en la convocatoria a Nico, Gavi y Rey Manaj (cuyo futuro sigue abierto) para dejar en la grada a Samuel Umtiti, Miralem Pjanic y Philippe Coutinho. Los dos primeros saben la necesidad que tienen de encontrar una salida urgente por no entrar en los planes del técnico; el brasileño es del agrado de Koeman... Pero el club no descarta su salida para aliviar, en la medida de lo posible, las cuentas.

 

De momento, 13 de los 23 convocados frente a la Real Sociedad tienen un pasado en el filial y a ellos se añaden Pedri y Demir, empujando todos ellos con la misma determinación que hace 25 años mostraron los Celades, De la Peña, Velamazán, Roger y Òscar, que unidos a los Guardiola, Amor, Ferrer, Sergi, Busquets, Jordi Cruyff o Carreras ganaron su espacio por el convencimiento de un entrenador que les puso por delante en varios casos de futbolistas de mayor experiencia como Prosinecki, Cuéllar, Abelardo o Hagi.

 

Ronald Koeman no es sospechoso en cuanto a su apuesta por la juventud, y su carrera como entrenador lo demuestra. Su convulso año incompleto en el Valencia dejó para el futuro a Mata o Banega y antes, en el Ajax, fue quien apadrinó Sneijder o Van der Vaart, hizo debutar a Thomas Vermaelen o apuntaló la carrera del entonces díscolo Zlatan Ibrahimovic, de 19 años.

 

"Hay que mirar al futuro, a los jóvenes”, proclamó el entrenador después de sumar los primeros tres puntos de la Liga frente a la Real Sociedad y descubrir que la vida sin Lionel Messi puede no ser un camino de rosas pero sí debe ser una travesía ilusionante. El club parece tenerlo claro y Koeman, lo más importante, también.

 

Los resultados, el marcador, dictará sentencia como siempre ocurre... Pero enfrentado a él, la paciencia de barcelonismo será clave.