El trabajo de los periodistas es tratar de explicar una parte pequeña del mundo, añade el también poeta.

 

“El trabajo de los periodistas es tratar de explicar una parte pequeña del mundo, tratar de indagar sobre ella, preguntar, escribir, corregir y al final compartirlo con alguien que quiera dedicar un tiempo a saber algo más de otro con una entrevista o de un aspecto del mundo con una crónica”, así concibe al periodismo Alfonso Armada, autor de “El arte de la entrevista”.

 

La obra publicada por Turner compila 28 entrevistas de personajes clave en la cultura del siglo XX y lo que va del siglo XXI, por ejemplo, aparece el director de orquesta Daniel Barenboim, el escritor Richard Ford, el poeta Adam Zagajewski, la escritora Susan Sontag y el filósofo Byung-Chul Han. Además, incluye un decálogo de la entrevista.

 

En opinión del periodista y poeta, la entrevista de largo aliento tiene que luchar con dispositivos, videos e imágenes que provocan chispazos de entretenimiento.

 

“El triunfo de Tik Tok es porque la gente está dispuesta a pasarse horas viendo videos ultra cortos, la mayoría son auténticas tonterías, creo que al final están basados en la ética y estética del entretenimiento puro y duro, claro que hay excepciones de personas haciendo microrrelatos, pero para entender de verdad a alguien o a algo tienes que dedicar tiempo”, señala.

 

Como ejemplo pone el estudio que se basa en la dedicación. “Hay temas complejos tanto en la economía, como en la filosofía y la religión, todos exigen tiempo, exigen querer saber. Entonces, que alguien te dedique su tiempo para poder conversar tranquilamente es algo que enriquece”, añade.

 

Alfonso Armada sabe que el periodismo está en una lucha por la atención porque hoy el tiempo está fragmentado en micropartículas sinsentido.

 

“Es un mal universal, el triunfo del teléfono móvil es apabullante, pero al final nadie presta atención al otro, es imposible hacer contacto visual con alguien porque estás ensimismado en el teléfono celular. Antes, en las consultas del médico o en largos viajes, la gente leía en sus tiempos muertos, ahora es muy raro porque está encerrado en la cápsula del móvil”, comenta.

 

El resultado es que se le dedica menos tiempo a la lectura, entonces los libros compiten con series de televisión y con el teléfono móvil, “cuando el tiempo es limitado”.

 

PERPETUIDAD

 

La entrevista es hacer que el otro caiga en tu seducción, expresa el autor. “El arte del entrevistador es hacer que el entrevistado se sienta tan confiado y tan a gusto que hable de aquello de lo que no quería hablar, tiene un punto perverso porque estás intentando ganar la confianza del otro para que te cuente cosas lo más reveladoras posibles. Es un buen reto”.

 

Las entrevistas que se reúnen en el libro fueron hechas a lo largo de 30 años por Armada y publicadas en el diario El País y el ABC.

 

“No tenían voluntad de convertirse en libro, pero sí en durar. Cualquier periodista que se precie y estime el valor de la palabra, sea breve, crónica larga, entrevista o reportaje, tiene que pensar que su trabajo perdure tanto como un libro, aunque se publique en una hoja de periódico o en una página web, que la premura del tiempo o el soporte no determine la calidad de tu empeño”, indica.

 

¿Cómo evitar las repeticiones?

La repetición, el estereotipo, las frases vacías son más comunes en los políticos, es una epidemia internacional, aunque hay excepciones ellos quieren colocar su mensaje al margen de lo que se les pregunte. Muchas veces les haces preguntas a políticos y no responden porque son preguntas incómodas, son una especie de calamares que les encanta echar tinta para no responder a lo que les preguntas.

 

La entrevista es un acto teatral y la improvisación forma parte de eso, los actores en general tienen que someterse a un texto previamente pactado, pero tienen un margen de improvisación, de cosas inesperadas: un ruido o un olvido del guion, entonces tiene que ser capaz de reaccionar para que el público no se dé cuenta. Lo mismo ocurre con los reporteros en una entrevista.

 

Encuentro con Byung-Chul Han

Alfonso Armada narra que la entrevista con el filósofo coreano Byung-Chul Han fue casi frustrada y frustrante.

“Fue complicado conseguirla, me citó en una especie de bar donde era imposible hablar, no tiene sentido una conversación y menos de filosofía en un lugar así, nos fuimos al bar de lado, más tranquilo, y desde el primer momento me di cuenta que no tenía interés en hacer la entrevista, estaba muy preocupado por saber quién era yo, en qué periódico trabajaba, cuántos lectores tenía…después de 40 minutos me dijo que mis preguntas eran muy difíciles, que mejor se la mandara por email”, narra.