Espiral para sueños compartidos es un proyecto de la artista Carolina Caycedo

 

(Sonia Ávila) Del alto techo de la galería central del Museo Universitario del Chopo cuelga un espiral tejido con 13 redes de pescar. Son redes que usan grupos de mujeres pesqueras de diferentes zonas costeras del país desde Oaxaca, Nayarit hasta Baja California Sur, y en el centro del cubo blanco hacen un llamado para reflexionar sobre la protección del medio ambiente, en particular el cuidado del agua en México.

 

La instalación titulada Espiral para sueños compartidos es un proyecto de la artista Carolina Caycedo (Londres, 1978), creadora multidisciplinaria colombiana nacida en Londres, quien actualmente vive en Los Ángeles, donde plantea un análisis sobre la escasez del agua como un ejemplo de la crisis del medio ambiente a nivel mundial.

 

El proyecto tiene origen en el 2012, cuando la artista supo de la construcción de la presa hidroeléctrica Quimbo que dividió el Río Yuma, el más grande en Colombia. Desde entonces Caycedo emprendió una investigación sobre la privatización del agua, la pérdida del líquido, los oficios como la pesca afectados por la sequía y cómo las comunidades cercanas a ríos y lagos cambian.

 

“Es parte de un cuerpo de trabajo más amplio que vengo desarrollando hace años que examina la extracción de agua y las comunidades que conviven con estos cuerpos de agua, he trabajo con comunidades pesqueras, con grandes empresas hidroeléctricas para evocar una reflexión sobre el problema, y en particular esta estructura de red comenzó hace un año en medio de la pandemia”, refirió Caycedo en entrevista.

 

Saturada de colores brillantes, la red se forma de diferentes tejidos usados por pesqueras de la colectiva Mujeres del Manglar en Zapotalito, en Oaxaca; del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo; la Cooperativa Norte de Tecuala, en Nayarit y de la Colectiva Mujeres del Golfo de Baja California Sur.

 

Además del agua, la pieza propone pensar la importancia de la pesca como economía local sustentable y otros medios de convivir con el medio ambiente en un punto medio. Así las redes reflejan el conocimiento ancestral del tejido y el vínculo de los pescadores con el agua y el entorno. Como si se tratara de una escultura flotante, el espiral invita al espectador, quien puede o no tener conocimiento de la pesca, a pensar el medio ambiente como un bien común, donde las energías limpias pueden salvaguardar la permanencia del planeta.

 

“En el arte o desde cualquier disciplina uno puede apostar por estos temas, el arte es una herramienta para aprender de las propuestas que tienen las comunidades y cómo repensar o reflexionar sobre los temas de medio ambiente, de conservación, de preservar de sitios de la naturaleza. La idea es que con el color y la forma del espiral, el público evoque una reflexión”, apuntó de la pieza que se exhibirá hasta el 26 de junio en el Museo Universitario del Chopo.

 

Este proyecto no es ajeno a las preocupaciones que Caycedo manifiesta en su arte. Su práctica artística desarrolla ideas contra la explotación desmedida de los elementos naturales, el colapso de los ecosistemas, las afectaciones a las economías locales y la consecuente crisis ambiental. “Tengo que inspirarme en lo que ocurre a mi alrededor, las desigualdades de ciudades como Bogotá y la Ciudad de México, siento una urgencia de hablar de ello y el arte es mi herramienta para entender sociedades”.