Laura Sook explica que hacían lo mismo que hombres. Robaban, lastimaban, no eran honorables, añade. Dominaron los mares con barcos de pequeño y gran tamaño.

 

Las piratas mujeres dominaron los mares con barcos de pequeño y gran tamaño, eran unas aguerridas que controlaban tripulaciones de hombres y, sobre todo, eran mujeres que demostraban su fuerza por una simple razón: sobrevivir económicamente. La historia de ellas es contada por Laura Sook Duncombe, en su libro “Mujeres piratas”.

 

“Me siento honrada de compartir la historia de estas increíbles mujeres. La intención es mostrar a la gente que existen registros de ellas. Cuando hablamos o pensamos en mujeres piratas tenemos la idea de que son atractivas o pensamos en la imagen del disfraz de Halloween, pero no es así, ellas hacían lo mismo que hacían los hombres piratas”, comenta la autora.

 

Sook Duncombe detalla en el libro editado por el Fondo de Cultura Económica que las piratas lanzaban ataques por mar o tierra para obtener riquezas y, en algunos casos, para extender su territorio ya que no todas eran de clase baja, había reinas.

 

“Estas personas robaban e incluso llegaban a lastimar a la gente, en sí no eran personas honorables, creo que en tiempos antiguos a la conclusión a la que llegamos es que intentaban sobrevivir, tomaban dinero, tomaban comida para subsistir. Si había una mejor forma de vivir definitivamente no era la vida de pirata, esto implicaba mucho trabajo”, señala.

 

La autora explica que la reina Artemisa, fue la primera pirata. Artemisa nació en el siglo V a.C. y vivió en la ciudad griega de Halicarnaso.

 

“Ella fue la primera mujer pirata pero también fue una reina, expandió su poder y trató de que éste fuera próspero. Quizá a este tipo de personas no le llamaríamos tal cual piratas, pero ella tuvo toda la fuerza para poder controlar a su gente y eso para mí es fascinante”, destaca.

 

Sook Duncombe indica que los barcos de las piratas en tiempos antiguos eran galeras, es decir, pequeños y no los monumentales que se observan en películas.

 

“Fue en el medievo cuando empezamos a tener barcos más grandes. Los barcos van a tener sus diferencias dependiendo del equipo y la tecnología que había en ciertos momentos. Por ejemplo, tenemos a la pirata francesa Juana de Belleville (Jeanne Clisson), quien tenía un barco más grande en los tiempos de Jack Sparrow, entre 1600 y 1700”, platica.

 

El siglo XVIII es la edad de oro de los barcos grandes y, de acuerdo con la autora, la imagen que actualmente tenemos de los piratas corresponde al año de 1720 con la muerte de Barba Negra.

 

Sook también narra la vida de la reina Teuta de Iliria (en el 231 a.C.), quien fue llamada el Terror del Adriático al convertir a todos los miembros de su flota en piratas y por atacar a los romanos.

 

“Ella empezó en el mundo de los piratas, más que nada, por necesidad, necesitaba proteger a su reino, entonces navegaba y entraba a luchas. A ella no le importaba mucho la cuestión de los romanos, estaba en contra de esta parte del catolicismo, por lo que llegó a matar al mensajero de los romanos, por supuesto los romanos de aquel entonces no tenían una buena imagen de ella”, indica.

 

-¿Alguna pirata llegó a costas mexicanas?

-Jacquotte Delahaye, ella era una pirata de América Central, navegó por los mares porque sus padres murieron a causa de los españoles. Ella luchó contra España para proteger a su hermano porque debido a la muerte de sus padres quedaron huérfanos. Fue una pirata del Caribe, no sabemos mucho su historia, pero está su leyenda.

 

-Actualmente, ¿existen mujeres piratas?

-Seguro sí, definitivamente donde hay piratas debe haber mujeres piratas. La mayoría de ellas provienen de África y hasta el momento no conozco alguna, pero si hoy es una era donde existen piratas, seguro ellas deben estar ahí.

 

Tesoro de historias.

Uno de los obstáculos que Laura Sook Duncombe enfrentó al escribir su libro “Mujeres piratas” fue encontrar fuentes escritas sobre ellas.

 

“Es extremadamente complicado porque los registros que tenemos están incompletos, no son suficientemente claros y hablar de piratas es hablar de cosas que no están dentro de la ley, entonces hay registros de manera oral, tenemos canciones, poemas”, platica.

 

La autora precisa que los y las piratas no enterraban sus tesoros, gastaban el dinero que tenían. “Considero que el verdadero tesoro es encontrar estas historias”, añade.