Papeles recortados de diferentes colores destacan en el Día de Muertos

 

(Alejandro Alvarado) El papel picado es un producto artesanal de origen mexicano ornamental de papel que se trabaja en México y sirve para decorar festividades en España y de todo el país, sobre todo en la región central de la República Mexicana.

 

En los altares tradicionales se representaban a los dioses de la tierra, la lluvia, el agua, la agricultura y el Mictlán, mediante figurillas recortadas en papel amate.

 

En la actualidad ha sido sustituida por coloridos manteles de papel picado (papel de seda recortado) con motivos alegóricos a la muerte y los muertos. De representar a los dioses se ha pasado a representar a los difuntos, como señala Francisco José Rodríguez Marín en su artículo ¿Instalación, performance o celebración tradicional? Sincretismo cultural en el altar de muertos mexicano.

 

Actualmente, el papel picado no sólo le da color a la ofrenda, sino que representa el aire, uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier ofrenda.

 

Cada papel picado tiene diferentes colores, los cuales se fueron adaptando a un nuevo rito, en tiempo de la evangelización. El naranja, representa luto; el morado, se refiere a la religión católica; el azul, refiere a los difuntos que tuvieron una muerte relacionada con el agua; el rojo, es para los guerreros o mujeres que fallecieron durante el parto; el verde, es para los jóvenes; el blanco, para los niños: el amarillo, para los ancianos y el negro simboliza al inframundo.