La exposición "Limulus", con piezas creadas desde 1980, se inaugura el sábado en el Seminario de Cultura Mexicana

 

La fascinación por la vida animal y cómo la naturaleza crea formas estéticas complejas, son dos argumentos que llevaron al artista Brian Nissen (Londres, 1939) a crear esculturas, cerámicas y pinturas inspiradas en el cangrejo herradura cuyo nombre científico es Limulus y es el que da título de la exposición a inaugurarse este sábado 9 de octubre en La Galería 526 del Seminario de Cultura Mexicana.

 

Con más de 70 obras realizadas desde la década de los 80 del siglo pasado, Nissen plasma su admiración por el gran alcance de visión que tiene esta especie, reflexiona sobre los momentos en que su único depredador fue el hombre e imagina cómo ha sobrevivido en 350 millones de años.

 

"Viví hace muchos años en Nueva York y en verano iba a una isla que está cerca de Cape Cod, donde encontré este animal, está en las playas y cuando uno va chapoteando a la orilla hay muchos de éstos, de distintos tamaños. En mayo, para reproducirse salen a la playa y siempre se encuentran caparazones mudados, tirados, fue ahí donde conocí a este animal, habrá sido en los años 80", expresa.

A Nissen le fascinó la forma del cangrejo ya que su aspecto es temible a pesar de ser inofensivo.

 

"Su exterior parece un casco militar y luego tiene una cola, que es un punzón como de 20 centímetros muy afilado que se ve sumamente peligrosa, pero no lo es para nada, el único uso que tiene es ser una palanca para enderezarse cuando la marea los voltea", explica el artista.

 

El autor de las esculturas Katún (Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco) y Manantial (Paseo de la Reforma) empezó a leer todo sobre esta especie.

 

"Una de las cosas muy curiosas es que en su casco, que parece de metal, tiene una forma muy sencilla pero adentro hay formas tan complejas. Adentro parece un alacrán, entonces me interesó mucho esa idea de una escultura con la forma exterior sencilla que envuelve formas complejas. Ésa es una inspiración escultórica que tomé del animal y con eso empecé las esculturas", indica.

 

Otro rasgo que cautivó a Nissen fueron los varios ojos de cangrejo.

 

"Tiene ojos laterales como los de las moscas; luego en el centro del casco tiene agujeritos que son ojos para ver en infrarrojo, es decir, tienen capacidad de ver a través de las nubes y eso es muy importante porque su ciclo de movimiento va del mar profundo a la playa. Y en la cola tiene diez fotorreceptores", detalla.

 

Además de tener sangre azul por estar hecha a base de cobre, este animal es un proto-insecto que lleva 350 millones de años viviendo sin cambiar de forma.

 

-¿Son animales sin depredadores?

 

-Los humanos nos comportamos como seres muy poco inteligentes con la naturaleza, nuestra relación con ella es una cosa esquizofrénica, muy deformada, muy malentendida.

 

“El único depredador de este animal apareció en los años 50, 60 y abarcó los 70, eran pescadores japoneses que los cosechaban por millones para triturarlos y usarlos como fertilizante a tal grado que en los años 70 se empezaron a poner en peligro. Afortunadamente eso se detuvo”, responde

 

A Nissen siempre le ha fascinado la naturaleza. "Desde niño no dudaba que sería artista, no había otra cosa que quisiera hacer, pero a la vez me interesaba mucho la biología, la historia natural", asegura.

 

 El artista tiene una fascinación por los procesos y la mecánica de la naturaleza.  "Es una cosa de constante inspiración. Cuando uno se pone a ver cómo crecen, cómo se forman, cómo piensan los árboles, los animales y los insectos … y los atributos que tienen, nos dejan pasmados".

 

Finalmente, Nissen expresa que esta exposición incluye un caparazón real del animal como fuente de toda la obra.

 

PANDEMIA.

 

Brian Nissen ha extrañado durante la pandemia el contacto de amigos y de la gente. “Hemos estado confinados ya más de año y medio, ha sido muy extraño sobre todo el sentido del tiempo. El año pasado cuando empezó el confinamiento los días pasaban y pasaban de modo que no sabías si era domingo, martes o había pasado una semana o tres”, comparte.

 

Los días, meses, semanas se fundieron y eso afecta la vida, la manera de estar, yo me iba al estudio, los primeros meses hacía obras pero no me podía concentrar, confiesa.