Empieza la temporada de lluvias, y una cuestión natural es cómo diferenciar entre los fenómenos meteorológicos de esta época. Aquí te contamos cuál es la diferencia entre una tormenta, un ciclón y un huracán.

 

Alberto’, ‘Beryl’, ‘Chris’: todos estos nombres han inundado los medios y las calles de México este último mes. Con el inicio de la temporada de lluvias este 2024, los mexicanso recibimos un respiro después de una de las sequías más severas a las que se ha enfrentado Norteamérica en siglos. Aunque erróneamente algunas plataformas los identifican a todos como ‘huracanes’, no todos estos fenómenos meteorológicos caen en esta categoría. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre una tormenta, un ciclón y un huracán?

 

En primera instancia, que son fenómenos naturales con intensidades y comportamientos diferentes. Aquí te contamos cuáles son las características que los distinguen, cuáles son más peligrosos y qué consecuencias tienen durante los meses de lluvias.

 

¿Cuál es la diferencia entre una tormenta, un ciclón y un huracán?

Año con año, durante la temporada de lluvias, se presentan una serie de fenómenos meteorológicos parecidos entre sí. De hecho, por sus similitudes, es fácil confundirlos. Por ello, es importante es entender cuál es la diferencia entre ellos y poder identificarlos. Principalmentre, cuál es la diferencia entre una tormenta, un ciclón y un huracán.

 

Una de las instituciones encargadas de entender, explicar y monitorear estos fenómenos es la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos. Para empezar, la NOAA sabe que los “huracanes y los tifones son el mismo fenómeno meteorológico: ciclones tropicales”. Éste es un término genérico para “describir un sistema organizado y giratorio de nubes y tormentas eléctricas”, explica la institución. Generalmente, se originan en aguas tropicales o subtropicales, “y tiene una circulación cerrada y de bajo nivel”.

 

La forma más débil de ciclón se conoce como ‘depresión tropical’. De superar los 60 kilómetros por hora, se convierte en una tormenta tropical. Si rebasa los 120 kilómetros por hora, ya se considera un huracán. Ahora, según el lugar donde nazca el fenómeno, se le conoce diferente:

 

Huracán: aparece en el Atlántico Norte, el Pacífico Norte central y el Pacífico Norte oriental.

Tifón: se forma en el noroeste del Pacífico.

Ciclón tropical: se origina en Pacífico Sur y el Océano Índico.

 

En este último caso, apunta la NOAA, el término se usa “independientemente de la fuerza del viento asociado al sistema meteorológico.” Por su parte, de acuerdo con el Gobierno de Argentina, una tormenta se da tras la “formación de un determinado tipo de nube que denominamos cumulonimbus”. Pueden tener hasta 10 kilómetros de altura, y tienen fuertes corrientes de aire helado. En ocasiones, son proclives a tener detonaciones eléctricas.

 

¿Cuándo es y cuánto dura la temporada de lluvias en México?

Cada año, en el Atlántico, la temporada de lluvias comienza oficialmente el 1º de junio. En genreal, se extiende hasta los últimos días de noviembre. Según las cifras de la NOAA, “el 97 % de la actividad de los ciclones tropicales ocurre durante este período”. Sin embargo, apunta la institución, estos eventos meteorológicos “pueden ocurrir y ocurren fuera de este período de seis meses”.

 

Es importante destacar que estos fenómenos meteorológicos pueden evolucionar. De acuerdo con los registros del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) en México, si un ciclón tropical gana fuerza, puede convertirse en una depresión tropical. De tener vientos más fuertes, se transforma en tormenta tropical. Eventualmente, es probable que se vuelva un huracán. Sin embargo, puede perder fuerza y desaparecer.

 

Todos estos eventos tienen en común que se originan en estas condiciones:

 

Una perturbación climática preexistente

Océanos tropicales cálidos

Humedad

Vientos relativamente suaves

 

Si estas codiciones se conservan el tiempo suficiente, al combinarse, producen vientos violentos, olas o lluvias torrenciales. En ocasiones, incluso, generan desbordamientos en los ríos o inundaciones.