Conocido como ‘espolón’, una ruptura en la Vía Láctea sugiere el origen de cientos de miles de estrellas jóvenes tras un evento gravitacional.

 

Nuestra galaxia tiene dos brazos. Uno de ellos, conocido por el nombre de ‘Sagitario’, sale en espiral desde el centro hacia el Universo. Este camino de gases y materia cósmica se extiende por varios miles de años luz, con un sinnúmero de planetas, estrellas y cuerpos celestes. Varios de ellos han sido observados por años.

 

Hace un par de meses, incluso, se diseñó el mapa más exacto de la historia que existe de la Vía Láctea. A pesar de esto, los astrónomos y astrofísicos de dientes partes del mundo no se habían dado cuenta de una ruptura en el brazo de Sagitario. Atravesándolo con un corte perpendicular, parece una astilla estelar en la inmensidad de nuestra galaxia.

 

 

3 mil años luz de fractura

 

Según científicos de la NASA, esta astilla tiene una extensión de 3 mil años luz. Se trata de una ruptura en la Vía Láctea que, en contraste, tiene un diámetro total de 100 mil años luz. A comparación, podría no ser tan grande. Sin embargo, se ha observado que sí interrumpe el flujo ‘aparentemente uniforme’ del brazo de Sagitario.

 

 

El estudio fue publicado en Astronomy and Astrophysics. En éste, el astrofísico de la Universidad de Wisconsin-Whitewatery, Robert Benjamin, detalla que ésta es una “estructura pequeña de la Vía Láctea, pero podría decirnos algo significativo sobre la galaxia en su conjunto”. Según el experto, este fenómeno nos recuerda que existen todavía muchas incertidumbres sobre la naturaleza de nuestra propia galaxia.

 

Hasta ahora, sabemos que esta astilla cósmica empieza a unos 4 mil años luz de nuestro Sol. En su interior, se han registrado 4 de las nebulosas más conocidas por la ciencia hasta ahora: la Nebulosa Omega, la Nebulosa Trífida, la Nebulosa Laguna y la Nebulosa Águila. A pesar de haber sido identificados hace años, nunca se imaginaron que pertenecían a un espacio fragmentado de la galaxia.

 

 

 

Astillas y plumas galácticas

 

Este accidente cósmico ha sido nombrado como ‘astilla’, pero otros astrónomos la consideran un ‘espolón’, o una ‘pluma’, según la cobertura de Live Science. Fue localizado por primera vez por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA y el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea. Según los científicos a cargo del estudio, la ruptura en la Vía Láctea tiene un ángulo de 60 grados, y sale perpendicularmente del brazo de Sagitario.

 

Además de esta proyección ‘extraña’ —como la han definido en la NASA— ,es posible que cientos de miles de estrellas se muevan con la misma velocidad y en la misma dirección entre sí. Esto sugiere que la ruptura en la Vía Láctea tuvo una influencia en ellas y su comportamiento gravitacional. Visto de otra manera, algo las ‘empujó’ fuera de su lugar original en la galaxia.

 

Además, los científicos sugieren que cientos de miles de estrellas se formaron aproximadamente al mismo tiempo como consecuencia de este fenómeno. Sin más información al respecto, es difícil saber de dónde vienen estos cuerpos celestes jóvenes. Sin embargo, se comparará esta situación con espolones de otras galaxias vecinas, en donde se han presentado en ocasiones anteriores.