Mientras los casos de COVID-19 se elevan en un 148 % en Estados Unidos, otro virus respiratorio azota a la población infantil a nivel nacional.

 

Tos, secreción nasal, estornudos constantes y fiebre. Durante más de año y medio, nos hemos acostumbrado a que estos sean síntomas seguros de coronavirus. Sin embargo, un nuevo virus respiratorio ha alarmado este verano a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, por sus repuntes inusuales en la temporada. Usualmente detectado en invierno, es una piedra más en la bolsa epidemiológica que nos ha hecho cargar el COVID-19.

 

Virus respiratorio sincitial: una piedra más a la emergencia sanitaria

 

Se tiene registro de que el virus respiratorio sincitial, o VRS, como se le abrevia en el argot médico, generalmente empieza a propagarse en otoño. Sin embargo, este año ha empezado a manifestarse desde las últimas semanas de julio. Debido a que afecta las mismas áreas de riesgo que las infecciones por COVID-19, las autoridades sanitarias en Estados Unidos lanzaron una alerta nacional para proteger a los niños, que se muestran más vulnerables a la enfermedad.

 

Según la cobertura de The New York Times, se está viendo un alza peligrosa en los casos confirmados de VRS en bebés, niños y adolescentes. Las cifras actuales se asemejan a los niveles más difíciles de invierno en años anteriores, cuando la propagación alcanza su punto álgido.

 

Aunado al regreso forzoso a clases que algunos estados han impuesto, la gravedad de la situación sanitaria promete obstáculos difíciles de superar en el próximo semestre. Además del resurgimiento del virus sincitial, la variante delta de coronavirus se ha convertido en dominante. El Estado teme que, con el contacto indiscutible que habrá en las escuelas a partir de las próximas semanas, la propagación de ambos alcance picos altos pronto.

 

A Heather Haq, pediatra del Hospital Infantil de Texas en Houston, le preocupa que la ocupación hospitalaria colapse nuevamente cuando las temperaturas bajen. Incluso a pesar de que los pacientes de COVID-19 se habían vuelto nulos en la población más joven en los últimos meses, estos rebrotes están llenando los hospitales de casos infantiles. “[…] me preocupa que nos quedemos sin camas y sin personal para lidiar con ola tras ola”, se sincera.

 

 

A la par, se estima que los casos de coronavirus a nivel nacional en Estados Unidos se hayan elevado en un 148 %. En contraste, las hospitalizaciones aumentaron en un alarmante 73 %. Los médicos que han atendido estos casos atribuyen las cifras a la llegada de la variante delta, que es mucho más contagiosa que otras cepas estudiadas.

 

Sólo en Texas, los casos de VRS aumentaron desde junio. Un mes más tarde ya habían llegado al máximo, de acuerdo con los datos del departamento de salud del estado. Fenómenos similares se apreciaron en Florida, Luisiana y Oklahoma. “El VSR es un problema serio ahora”, enfatizó The Oklahoman, un diario local. “¿Qué va a pasar si además tenemos un auge en casos pediátricos de covid?”. El Estado todavía no da respuestas.