A partir de la administración del fármaco nab-PTX, las células cancerígenas podrían detener su influencia maligna en el cuerpo humano.

 

Después de años de investigación farmacéutica, la ciencia cada vez encuentra mejores formas para engañar a las células cancerígenas. De esta manera, según preven médicos del Hospital General de Massachusetts (MGH), no sólo podría evitarse la propagación en el organismo, sino que la enfermedad podría incluso prevenirse.

 

Un nuevo horizonte en el estudio del cáncer

 

Un estudio reciente del MGH reveló una estrategia prometedora para detener la influencia y propagación de las células cancerígenas. Con base en la ingesta de fármacos especializados, se puede contrarrestar el efecto de los tumores en el cuerpo, aumentando así la eficacia de la quimioterapia.

 

La investigación se publicó esta semana en Nature Nanotechnology, y da pie a la posibilidad de superar la barrera que imponen ciertos medicamentos con respecto a la albúmina, la proteína más abundante en el torrente sanguíneo. Si se logran unir, detallan los científicos, las consecuencias pueden ser notablemente positivas para el paciente enfermo.

 

La premisa es la siguiente: los tumores se alimentan de la albúmina para mantenerse activos y crecer en el organismo. Si consumen la albúmina que ya absorbió el medicamento adecuado, dejarán de tener una propagación maligna al interior del cuerpo, ya que no tendrán los nutrientes proteicos que necesitan para desarrollarse.

 

¿Un punto final para las células cancerígenas?

 

La investigación fue tan prometedora, que el fármaco desarrollado ya fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos. Se trata del paclitaxel unido a albúmina en nanopartículas (nab-PTX), que ha resultado efectivo en el tratamiento de cánceres de pulmón y páncreas en etapas tardías.

 

Sin embargo, de acuerdo con el autor principal Miles Miller, Ph.D., investigador principal del Centro MGH, no todos los pacientes responden positivamente al fármaco:

 

“[…] no todos los pacientes responden a nab-PTX, y la efectividad de su administración a los tumores ha sido mixta, debido a una comprensión incompleta de cómo la albúmina afecta la administración y las acciones de los fármacos”, destaca el experto.

 

Para probar la reacción del nab-PTX a los tumores de cáncer, se probó previamente en ratones enfermos. Utilizando a tecnología de limpieza de tejidos, se percataron de que las células cancerosas pueden absorber una cantidad significativa de nab-PTX. Además, la absorción de estos medicamentos se señaliza con la absorción de nutrientes por parte de las células.

 

De esta manera, concluye el equipo de Miller, puede engañarse fácilmente a las células cancerígenas albúmina manipulando la dosificación del fármaco, de manera que se ataque directamente a los tumores malignos y se pueda erradicar la enfermedad con resultados prometedores en diversos tipos de cánceres.