Jugar con los pequeños es un gran aliciente para su desarrollo. Esta actividad estimula su autoestima, refuerza los lazos entre madre e hijo y les enseña a trabajar en sus habilidades emocionales y sociales con otros niños.

 

fatiga cronicaPero, ¿qué pasa cuando no tienes tiempo para hacerlo? ¿Está mal que a veces no te apetezca jugar con él/ella?

 

El trabajo, las preocupaciones y las múltiples actividades diarias son factores que pueden agotarnos física y emocionalmente, quitándonos cualquier deseo de jugar o pasar tiempo de recreación con los niños.

 

Esto es normal, y de acuerdo con la opinión de los expertos, no deberías sentirte culpable por eso.

 

¿Está mal si no quiero/puedo jugar con mi hijo todo el tiempo?

 

Laura García Agustín, psicóloga y directora del Centro Clavesalud, en Madrid, explica que ser madre no significa que siempre debas tener tiempo, ganas y/o disponibilidad para jugar con tu pequeño y entretenerlo.

 

    «Aunque el juego es una excelente manera de comunicarse con los hijos, de detectar miedos, observar fortalezas y compartir afectos, a veces no se cuenta con el tiempo para hacerlo y esto no debe ser motivo de culpabilidad», explica la especialista.

 

Marcar tus límites y reconocer que tienes otras responsabilidades además de ser madre, es fundamental para que puedas comprender que no eres superwoman y que es normal que a veces no tengas tiempo o no te apetezca jugar.

 

En cambio, la experta sugiere que busques otras alternativas para que tu pequeño aprenda a ser autónomo a la hora del juego, y sea capaz de crear aventuras y escenarios que pueda disfrutar sin tu ayuda.

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Alternativas para pasar tiempo con tu pequeño

 

Si tu hijo quiere jugar y tú no tienes ganas, no sabes cómo hacerlo o te sientes muy cansada, la solución está en buscar actividades que puedan ofrecerles tiempo de calidad, pero sin que te parezcan una obligación. Te ofrecemos algunas ideas que te serán de gran ayuda.

 

Floortime

 

Existen juegos que pueden implicar un descanso para ti y este es el caso del floortime. La clínica EMAE lo define como una terapia que consiste en jugar con el pequeño de 20 a 30 minutos al día y que requiere de muy poca actividad física.

 

La magia de este juego reside en que, como su nombre lo dice, se desarrolla en el suelo, específicamente a la misma altura del niño. Esto te permitirá realizarla mientras estás acostada o sentada.

 

Además de fortalecer su relación, los especialistas aseguran que también creará una conexión directa entre ustedes y ayudará a que tu pequeño estimule sus capacidades de comunicación.

 

Se recomienda complementar esta actividad con música, bloques de colores, juegos de mesa, rompecabezas o libros que sean de su interés.

 

Ofrece opciones

 

Si tienes tiempo y ganas, pero el juego que propone tu pequeño no te llama la atención, date un momento para empatizar con sus gustos y pregúntate: ¿qué es lo que no me gusta de este juego? ¿Hay alguna razón educativa/ética por la que no debamos jugarlo?

 

Si al responder estas preguntas el juego te sigue pareciendo una mala idea, lo mejor es que ofrezcas alternativas, por ejemplo: «No tengo ganas de jugar a esto. pero ¿qué te parece si…?».

 

De esta forma, serás clara con tu hijo y pasarán tiempo juntos haciendo algo que sea interesante para ambos.

 

Deja que tu hijo o hija sea el guía

 

No es necesario ser una experta en desarrollo infantil para jugar con tu pequeño. No te preocupes si no sabes cómo distraerlo o pasar tiempo con él. En estos casos, lo mejor que puedes hacer es darle el timón y dejar que te guíe por su mundo de creatividad e imaginación.

 

Relájate y olvídate de tu papel de adulto. Recuerda tus momentos de infancia y dale la oportunidad de que te muestre lo que llama su atención, lo que le emociona y qué tipo de actividades son las que más lo distraen. Puede ser sumamente útil para reforzar su relación.

 

Por último, recuerda que jugar siempre debe ser un placer para ambos, no una obligación.

 

Sé sincera y explícale que habrá días en los que te sientas cansada y no tengas ganas de jugar. De esta forma podrá entender tus razones y será más fácil que te comprenda.

 

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