De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad casi se ha triplicado desde 1975 en todo el mundo. En el 2016 se registró que más de 650 millones de personas mayores de 18 años padecían esta enfermedad.

 

obesidad sobrepeso comer comida chatarraLa misma OMS asegura que el aumento de la obesidad en el mundo se debe principalmente a dos factores:

 

Mayor consumo de alimentos ricos en grasas y de alto contenido calórico

Disminución de la actividad física, debido al sedentarismo de la sociedad moderna

 

No obstante, existe otro factor que hasta ahora no se había tomado en cuenta: el entorno biológico. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología y el Hospital Universitario de Trondheim, a este tipo de cambios en el entorno se le conoce como ambiente obesogénico.

 

El estudio reconoce que existen variables genéticas que pueden propiciar una mayor tasa de obesidad, pero éstas también pueden modificar las respuestas conductuales del medio ambiente. Por ejemplo, la dieta, la actividad física y el nivel socioeconómico pueden alterar la asociación entre la predisposición genética y el índice de masa corporal.

 

El ambiente obesogénico significa que el entorno en el que vivimos favorece que ganemos peso, en lugar de que nos motive a perderlo.

 

Este estudio se realizó a una población de poco más de 118 mil participantes de 18 a 30 años, desde 1966 hasta el 2016, todos registrados en un programa de detección de tuberculosis.

 

A los sujetos se les realizaron encuestas de salud, estilo de vida, tratamiento de drogas, situación familiar y seguridad social, así como la medición de la presión arterial, altura, peso y circunferencia de la cintura.

 

Del total de los individuos estudiados, 67 mil de ellos fueron incluidos en el análisis de la asociación entre la disposición genética y el índice de masa corporal. Los datos resultantes mostraron un aumento notable en el índice de masa corporal en Noruega a partir de los años 80 y mediados de los 90.

 

Para la década del 2000 incluso se apreció un aumento en la masa corporal de 2.9 kg/m2 en los hombres y de 1.77 kg/m2 para las mujeres.

 

El método de análisis fue observacional, por lo tanto no se tiene una certeza de cuál fue el motivo para este aumento en la masa, pero se puede inferir que fue provocado por la enorme disponibilidad de alimentos poco saludables.

 

Por ejemplo, en una ciudad actual encontramos un fácil acceso a varios restaurantes de comida rápida, chatarra o golosinas, mientras que los lugares de comida orgánica, vegetales o ricos en nutrientes apenas están siendo considerados por una nueva ola de consumidores.

 

El estudio asegura que proporciona evidencia estadística de que las personas genéticamente predispuestas tienen un mayor riesgo de un índice de masa corporal más alto y que la predisposición genética actúa con el entorno obesogénico.

 

Si bien en estos ambientes nocivos también encontramos a personas con excelente estado físico, los investigadores no pueden afirmar que la obesidad sea completamente una decisión de responsabilidad personal y se debe ahondar en las discusiones para cambiar al ambiente por uno más saludable.

 

Esto refuerza la necesidad de estrategias preventivas por parte de los gobiernos de los países con niveles de obesidad más altos. Estas estrategias deben promover un estilo de alimentación saludable, la actividad física y visibilizar las consecuencias de la obesidad.