El día de ayer, 9 de septiembre, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador se reunió con los gobernadores de las entidades del sureste del país: Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintara Roo.

 

 

Al término, en conferencia de prensa, los cinco gobernadores anunciaron su respaldo a la construcción del polémico Tren Maya, proyecto que es una de las principales ambiciones en cuestión de infraestructura del próximo presidente.

 

Mucho se ha hablado de que es una fuerte inversión para el impulso del turismo en una parte del país que había estado un tanto olvidada, que reactivará la economía de la zona, que conectará a los estados, etc. Sin embargo, también hay opiniones negativas en cuanto al impacto ambiental y los beneficios reales para la región.

 

Vamos a darle una revisada.

 

¿Qué es el Tren Maya?

 

Se trata de uno de los siete proyectos de infraestructura que López Obrador presentó como “prioritarios para su gobierno”, el pasado mes de julio.

 

El objetivo es la construcción de un tren turístico, de pasajeros y de carga, que conectará a cinco estados del sureste del país: Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. Hasta el momento se tienen proyectados mil 500 kilómetros de recorrido —aproximadamente— y 17 estaciones: Palenque, Tenosique, Escárcega, Calakmul, Xpujil, Bacalar, FC Puerto, Tulúm, Playa del Carmen, Puerto Morelos, Cancún, Valladolid, Chichen Itzá, Izamal, Mérida, Maxcanú y Campeche.

 

Se contemplan tres tramos de ruta: el de selva que son aproximadamente 426 kilómetros, el de Caribe con 446 kilóme Como podemos ver en el gráfico, en cada estado (a excepción de Quintana Roo) existen tramos de vía que se van a aprovechar para la ruta completa. En el caso de Chiapas son 42 kilómetros, en Tabasco son 102 kilómetros, 317 en Campeche, y 93 en Yucatán.

 

Y, precisamente porque hay un mayor avance de construcción en Chiapas y Tabasco, es ahí por donde se va a comenzar con una inversión de 16 mil millones de pesos. La inversión global de todo el proyecto, tanto pública como privada, será de más o menos 150 mil millones de pesos y se proyecta que se concluirá a más tardar en cuatro años.

 

De acuerdo con AMLO, se busca que la planeación y ajuste de cuestiones técnicas se tenga lo más pronto posible para que se puedan empezar a lanzar las licitaciones desde el 1º de diciembre, día en el que tomará protesta como presidente.tros y el de Golfo, el cual tendrá 653 kilómetros. Los pros y los contras

 

Beneficios para la zona

 

Rogelio Jiménez Pons, será el próximo director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) y además el encargado de coordinar la construcción del Tren Maya. Entre los beneficios que han sido anunciados tanto por él como por Andrés Manuel, y su equipo de trabajo están:

 

  • Creación de empleos formales para los habitantes de los estados involucrados, tanto en la fase de construcción como en la de operación.
  • Fortalecimiento de las áreas turísticas de cada zona.
  • Reactivación de la economía, tanto local como a nivel región.
  • Impulso internacional del turismo para la zona sureste de México.
  • Facilidades fiscales para los inversionistas
  • Pasaje más barato para los habitantes de dichos estados.
  • Desarrollo en el ámbito de servicios y comercialización de productos de la zona.
  • Atracción de inversiones para la zona turística.
  • Integración de comunidades y difusión de la cultura maya al resto del país/del mundo.

 

No todo es color de rosa

 

De acuerdo con Pablo Pérez Akaki, profesor de la UNAM en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y experto en Geografía Económica, es un poco riesgoso asegurar que el sector turístico alcance a financiar un proyecto así. Sin embargo, estuvo de acuerdo con la propuesta de que las vías no solo se usen con fines turísticos, sino también como transporte de carga y de pasajeros regionales. Así lo afirmó para CNN.

 

Existen entonces, principales puntos que resultan preocupantes dentro del proyecto.

 

Impacto medioambiental

 

Hay que mencionar que el tren cruzará por un área protegida que es reserva de la biosfera. Esto implica que se generen problemas para las especies que ahí habitan y un fraccionamiento de los ecosistemas.

 

En este sentido, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador afirmó que al utilizar derechos de vía que ya existen y que están en posesión del Gobierno Federal, el impacto ambiental del tren será menor.

 

“No se derribarán árboles”, afirmó.

 

Desarrollos polarizados

 

Otra cosa que es importante mencionar, es que en algunas de esas zonas habitan principalmente indígenas, agricultores y ganadores. Entonces, hay que preguntarse qué beneficios reales traerá para este sector.

 

Según el experto antes mencionado, no hay garantías de que haya ganancias para las poblaciones locales ya que por sí misma, la construcción y operación del tren no genera empleo o desarrollo, sino que genera flujos de turistas.

 

Es decir, ¿qué es lo que pasa con los intermedios que no están en grandes zonas turísticas? Explica que podría derivar en un desarrollo selectivo, pa’ variar.

 

Sin embargo, en la reunión con los gobernadores de los cinco estados de la zona, AMLO afirmó que las comunidades, ejidatarios y pequeños propietarios ya fueron consultados con respecto al proyecto y lo aceptaron… ¿que cómo los consulto? Quien sabe.

 

“La gente quiere esto para el sureste, porque si vemos el mapa, podemos resumir que en los últimos 30 años el desarrollo se ha centrado en la Riviera Maya, en la punta, en Cancún, el resto del sureste quedó en el abandono”, dijo.