Casi llegamos a la segunda década siglo XXI y resulta interesante preguntarse qué películas han definido al cine en dos décadas que probablemente, cambiarán el mundo cinematográfico tal y como lo conocemos. Desde superheroes hasta musicales, chick girls modernizadas para la nueva mujer contemporánea, hay mucho de donde escoger. El debate está abierto.

 

Si eres amante del cine con toda seguridad estas dos décadas de cine te sorprendieron por su variedad, innovación pero, sobre todo, por las infinitas posibilidades de reinvención que el séptimo arte. A punto de terminar el 2019, decidimos hacer un repaso de las que quizás sean las películas que cambiaron géneros, permitieron nuevas lecturas y sostuvieron una nueva forma de dialogar entre el lenguaje cinematográfico y el espectador. Y para que no te preocupes, no hablaremos de sesudas obras de autor, sino del cine que llegó para recordar que la pantalla grande es quizás, la forma de entretenimiento más sincera, prolífica y cercana al público de todas.

 

Kill Bill (Quentin Taratino — 2003)

 

 

El ya por entonces director de culto Quentin Tarantino decidió que era un buen momento para llevar a cabo un gran experimento argumental, visual y sobre todo de ritmo cinematográfico, para crear la que es quizás su obra más inteligente, depurada y la que le convirtió en uno de los cineastas más icónicos de la historia del cine. Con su combinación de género, discurso fresco e inteligente, pero, sobre todo, una gran travesía a través de los símbolos más extraños del cine de acción de los últimos años, Kill Bill fue toda una sorpresa que destrozó paradigmas y demostró que el cine, aún era un lenguaje lleno de una fértil capacidad para la experimentación.
 
 

Brokeback Mountain (Ang Lee - 2005)

 

 

El primer romance gay para la gran pantalla incluyó a dos actores mainstream y, también, una interesante versión sobre el amor adulto, que convirtió a la película en una reflexión sobre el dolor, el desarraigo pero sobre todo, en una épica mínima sobre los dolores y pesares de la identidad. Para la ocasión, Ang Lee creó una puesta en escena elegante, pero sobre todo sincera que convirtió a Heath Ledger y Jake Gyllenhaal en los amantes más trágicos del cine reciente.

 

El Caballero Oscuro (Christopher Nolan - 2008)

 

the dark knight star wars mashup

 

Hasta entonces, las películas de superhéroes carecían de la sustancia y el poder para aglutinar al público adulto y, sobre todo, para merecer el respeto de la crítica especializada. Christopher Nolan logró ambas cosas: creó un clásico de culto que se sostiene por un elenco coral extraordinario y un meditado recorrido del bien y del mal como una batalla moral. Además, incluye la actuación icónica del fallecido Heath Ledger, que a pesar del reciente éxito de Joaquin Phoenix sigue siendo la referencia más inmediata y poderosa al agente del caos que brinda sentido a la figura del clásico Joker.
 
 

Origen (Christopher Nolan — 2010)

 

 

Otra de Nolan para la lista y en esta ocasión, por llevar a la pantalla grande una historia con docenas de niveles de lectura que aún se debate y todavía, sigue desconcertando a buena parte de la audiencia. Con su combinación de ciencia ficción, drama y suspense, la película tiene el curioso honor, según varios críticos especializados, de haber llevado el cine de género al nivel del de autor. Una extraña combinación que aún sorprende por sus implicaciones.

 

La Red Social (David Fincher — 2010)

 

 

Las redes sociales son parte de la vida moderna y pocas películas reflejaron el extraño momento de su nacimiento y auge con más inteligencia, que esta obra durísima y cínica de David Fincher en su mejor forma. Se trata de un recorrido inteligente, potente y bien construido sobre la conciencia colectiva y el mundo moderno, sino, además, una reflexión sobre el poder, que curiosamente es más pertinente que nunca en la actualidad.

 

La Boda de mi Mejor Amiga (Paul Feig — 2011)

 

 

Las llamadas chick flicks fue uno de los géneros predominantes en la década de los noventa del siglo pasado y recibieron su necesaria reinvención con esta comedia gamberra, que no solo reflexiona sobre los elementos clásicos de las historias al uso,sino que además les brinda una nueva profundidad. Desde la novia Maya Rudolph que lloriquea por la pérdida de su soltería, hasta el retrato de la “mejor amiga” cruel y cínico de Kristen Wiig, el usual retrato de la boda norteamericana se convirtió en una destrucción sistemáticas de los clichés y estereotipos sobre el tema.

 

Los Vengadores (Joss Whedon — 2012)

 

 

Ni las secuelas de las grandes franquicias eran desconocidas para el público ni tampoco los grupos de superhéroes actuando en complicidad para enfrentarse con el villano de turno. Pero fue Marvel junto el director que cambió a las heroínas de la televisión para siempre, quienes lograron crear un espectáculo visual y argumental, que reunió no sólo a los héroes más famosos de la editorial de la casa de las Ideas, sino que refundó el concepto del cine de superhéroes a una nueva dimensión colosal. Este fue un espectáculo de entretenimiento en estado puro, que dejó claro que el cine superheróico había llegado para quedarse.

 

Frozen (Chris Buck y Jennifer Lee — 2013)

 

 

Elsa de Arendelle cantó “Let It Go” y la convirtió en la canción de películas animadas más rentable de la historia. Además, cambió para siempre el mundo de las Princesas Disney. Convertida en un fenómeno taquillero, la relación entre las dos hermanas más famosas del estudio del ratón Mickey acaba de repetir éxito en boletería y crítica con una historia feminista, poderosa y sensible que demuestra — si alguien lo dudaba — que llegó el tiempo de las heroínas a la pantalla grande.
 
 

Trilogía los juegos del hambre (Gary Ross, Francis Lawrence 2012–2015)

los juegos del hambre

 

A la distancia, puede parecer que la trilogía que comenzó como una adaptación modesta de un best seller juvenil en el 2012 carece de méritos para formar parte de las películas que dieron sentido a una forma de comprender el cine en las últimas de dos décadas, pero la franquicia basada en los libros de Suzanne Collins tuvo el poder de innovar en la forma de comprender a las heroínas en el cine y en la manera de sostener un discurso incómodo — apenas esbozado, todo hay que decirlo — bajo la pátina del cine comercial.

 

Jennifer Lawrence encarnó Katniss Everdeen, la líder de una rebelión espontánea con una enorme sinceridad, pero sobre todo, alejada de los clichés y estereotipos del género, mientras que la película — acusada de cínica y pesimista — analizaba el poder desde la percepción de los intereses morales y políticos sobre el esfuerzo de la mayoría. Todo un discurso complejo debajo de las explosiones y carantoñas del elenco juvenil.

 

Boyhood (Richard Linklater — 2014)

 

 

El gran experimento cinematográfico que permitió a los fanáticos y a la industria, reflexionar sobre los alcances del cine como lenguaje elaborado artístico. En el 2002, el director Richard Linklater reunió a un grupo de actores y le planteó el proyecto de filmar una película sobre una familia fracturada en tiempo real, lo que se tradujo en encuentros anuales de filmación y un recorrido por un tipo de cine experimental que desconcertó a la crítica y al público. Esta epopeya íntima sobre lo cotidiano y lo que perdemos con el transcurso del tiempo, se convirtió en quizás, una de las joyas más extrañas del cine de las últimas décadas.

 

Star Wars: El despertar de la fuerza (J.J Abrams - 2015)

 

blockbusters

El regreso de Star Wars a las pantallas de cine, marcó la revisión de una de las mitologías modernas más queridas, pero sobre todo, creó una nueva versión de lo que hasta ahora, había sido una historia con sus propias reglas y una dimensión especialísima dentro del cine.

 

Con la energía pop de las películas originales y la audaz decisión de incluir como personaje central a una mujer con una enorme sensibilidad y control sobre la Fuerza, la película se convirtió en objeto de discusión, pero, sobre todo, de críticas sobre la forma en que Disney comenzó a explotar su activo más valioso. Con la tercera parte de la trilogía a punto de estrenarse, solo queda analizar la conclusión de este largo recorrido por los símbolos de una galaxia muy, muy lejana.

 

Mad Max: Fury Road (George Miller — 2015)

 

 

La obra de Miller conjugó el mejor cine de acción con una distopía de un alto ingrediente filosófico para crear algo por completo nuevo. Con sus planos secuencias tomadas sin efectos especiales de por medio, un guión con varias dimensiones de lectura y una inspirada fotografía, la película cambia el clásico viaje del héroe por algo más elocuente, bien construido y sensorial, que convirtió al recordado Max Mad en un líder a regañadientes de una revolución mínima y a una formidable Charlize Theron en uno de los personajes más inolvidables del cine. Una pieza de arte digna de revisión.

 

Carol (Todd Haynes -2015)

 

 

Con su estilo elegante, exquisito y sobrio, la historia sobre un romance lésbico en una década complicada, es quizás es uno de los más hermosos alegatos sobre la libertad personal, el amor como dimensión sobre lo individual y la belleza del misterio, todo bajo la pátina de un recorrido por los prejuicios y dolores de la sociedad norteamericana y sus espejismos favoritos. Cate Blanchett se roba la escena con una interpretación extraordinaria y contenida (otra para la lista) y Rooney Mara, como una exquisita tentación que engloba el significado de la soledad moderna.
 

Moonlight (Barry Jenkins — 2016)

 

 

Lo que vemos aquí es un ingenioso efecto visual. En realidad, los actores se encuentran en una piscina inflable.

 

Con su aire pesaroso, intimista y melancólico, Barry Jenkins logró lo que parecía imposible: que una película sobre la vida de un hombre gay afroamericano se alzara con la estatuilla a mejor película del año. Pero más allá de su singularidad, Moonlightes también un recorrido pesaroso por el prejuicio, la angustia existencial y el temor a la identidad, que Jenkins conjugó en limpias escenas cargadas de emotividad.

 

Un tributo al cine independiente que, además, protagonizó la más extraña de todas las anécdotas del premio Oscar: el film fue declarado ganador luego que Warren Beatty y Faye Dunaway confundieran el nombre en la papeleta y declaran a La La Land de Damien Chazelle la mejor película del año. Para la historia.

 

Okja (Bong Joon Ho — 2017)

 

 

Lo sabemos: no es la mejor película de su director y le sobran unos cuantos dedos de azúcar al argumento, pero también cambió la historia de la industria al ser la primera película producida por una plataforma de suscripción streaming en debutar en Cannes. Netflix puso toda la carne en el asador e intentó competir con los grandes estudios en su propio terreno y lo logró, al menos ese año. El film se volvió un objeto de discusión sobre las posibilidades de una nueva estructura al momento de comprender el mundo cinematográfico y sus matices. Al final, se le recuerda más por el escándalo a su alrededor que por su meloso argumento, pero gracias al esfuerzo de Netflix, los festivales han tenido que revisar sus fundamentos para analizar el cine como fenómeno moderno y sobre todo, comprender su trascendencia más allá de la pantalla grande.

 

Get Out (Jordan Peele — 2017)

 

déjame salir

 

Mordaz, cargada de símbolos políticos y además, un recorrido singular al terror que se oculta en lo cotidiano, el primer gran intento del director se convirtió no solo en un éxito de taquilla y crítica, sino una versión inquietante sobre la forma en que EE.UU. asume el racismo pero sobre todo, elabora un discurso hipócrita sobre sus consecuencias. Estrenada en esa brecha coyuntural de la salida de Obama de la Casa Blanca y la llegada de Trump al poder, Get Out creó un recorrido extravagante alrededor de los símbolos del poder, el prejuicio y el miedo que la convirtió en un clásico instantáneo.
 

Joker (Todd Phillips — 2019)

 

 

Como la pequeña obra de arte que es, la película de Phillips despertó pasiones y controversia, pero sobre todo, elaboró una reflexión profunda sobre la carencias del cine actual y la forma en que los nuevos argumentos necesitan el riesgo y la audacia de romper algunas reglas tácitas para triunfar. ¿Para la historia? El baile en el baño de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), una genuina secuencia de cine de autor de alto calibre en una película comercial. Una de esas combinaciones que hacen historia.

 

Por supuesto, se trata de una lista que puede ser ampliada y revisada, sobre todo por la posibilidad de haber omitido varias obras necesarias para comprender el mundo cinematográfico contemporáneo. Aun así, se trata también de una reflexión sobre lo que hace al cine inolvidable y también, parte de la historia. Una discusión de enorme importancia en la que todos tenemos algo que decir.