Sin que aún estén del todo claro los términos del acuerdo de compra entre Disney y FOX, las primeras consecuencias comienzan a ser notorias: ¿La más reciente? Un nuevo informe parece confirmar el insistente rumor que los clásicos del estudio no volverán a la pantalla grande.
Si eres seguidor de algunas de las sagas, franquicias y películas que forman parte del amplio catálogo original del estudio FOX, te tenemos malas noticias: los clásicos ya no volverán a la pantalla grande por ocasiones especiales o mucho menos, proyecciones para fanáticos. ¿La razón? Sí, lo adivinaste: Disney no tiene la menor intención de hacer la inversión o el movimiento estratégico.
Hagamos un poco de contexto: hace una semana, Vulture reseñó un incidente que parecía demostrar que después de la adquisición de 20th Century Fox por parte de Disney, las proyecciones en cines seleccionados, celebraciones fandom y eventos privados parecían haber desaparecido o llevadas a su mínima expresión. El artículo contaba que un director de maratones de Ciencia Ficción y Terror del Teatro Drexel en Columbus, Ohio, recibió una notificación que no podría incluir películas del estudio dentro de la cartelera del evento.
Al consultar el motivo, una fuente no identificada explicó que se trataba de una decisión semejante a la que suele tomar Disney con sus clásicos: no permitir su proyección con fines de lucro. El fenómeno se repitió en otras partes del país y para el fin de semana, la posibilidad que el estudio del Ratón Mickey decidiera mantener el catálogo FOX dentro del mismo embargo de exclusividad parecía ser muy cercana.
Vulture insistió en encontrar fuertes confiables que confirmaran o desmintieran la información y al final, encontró indicios claros de la estrategia de Disney de prohibir proyecciones especiales del catálogo FOX, con lo que se confirman los rumores de que la compra del estudio incluyó, además, los derechos totales de difusión, reproducción y proyección de las películas, sagas y franquicias del estudio, un punto debatido en distintas publicaciones que además, crea un precedente por completo nuevo sobre el uso y posesión de los archivos históricos cinematográficos en EE.UU..
Para Disney, se trata de la compra del estudio con sus activos y de la adquisición de buena parte de la memoria colectiva que se incluye en las colecciones, producciones y proyectos de FOX, lo que deja a la compañía a las puertas de una virtual desaparición estructural, con todas las implicaciones que eso conllevar.
La gran pregunta que surge es hasta qué punto, la noción acerca de la importancia del cine como patrimonio intangible, pueda dialogar con los acuerdos financieros que pudieran haber alcanzado Disney y FOX. Una interrogante que se extiende a todo tipo de lugares desconocidos sobre la compra y venta de historia del cine que hasta ahora, nadie había analizado con propiedad.