Todas las formas de explotación son idénticas, porque se aplican, todas por igual, al mismo “objeto”: el hombre. Frantz Fanon

Es común ahora, ver congresos, conferencias, convenciones, con cualquier disculpa o motivo, sin importar temas ni contenidos y escudándose en rimbombantes nombres como actualización continua, modernización académica, emprendimiento estudiantil o simplemente para ponerse al día en áreas o campos de la carrera, montan negocios redondos, con base en una bien pensada logística integrada por cuatro (4) partes:

(1) Personal de base: Seleccionan los “responsables” del congreso y para ello afanosamente buscan colegas, cuates, amigos, aliados y relacionados que comulguen con su filosofía, acepten sus procedimientos, estén conformes con sus métodos y que les compren la idea haciendo énfasis en el rentable proyecto (2) Financiación del evento: Otro grupo de diligentes y audaces alumnos (aquellos con mejores dotes de vendedores, negociantes y mercaderes) se dan a la tarea de buscar financiación para cubrir los costos del congreso: consiguen dineros, patrocinios, apoyos, respaldos, ayudas, subsidios, canjes, soportes…todo es bienvenido…primero, entre vecinos, parientes, amigos y relacionados, luego entre toda la comunidad, hasta cubrir los gastos presupuestados y -obviamente- asegurar las grandes utilidades (3) Contacto con docentes: Un grupo de sabuesos se encarga de localizar, contactar y convencer a los ponentes. Para ello, se dan a la tarea de  investigar curriculums, hojas de vida, trayectorias, premios y antecedentes, con el fin de detectar aquellas figuras que le den brillo al evento. Así, invitan ponentes, oradores, conferencistas, disertantes, profesores…a conferenciar, hablar, exponer o simplemente platicar sobre diferentes temas de su especialidad pero, obviamente en forma gratuita pues “éste es un evento académico, sin ánimo de lucro y realizado por alumnos pobres” (y por “pobres alumnos”) como parte de nuestros lógicos deseos de superación, desarrollo y actualización… por eso, no podemos pagar los honorarios que Usted se merece…si acaso, sus gastos de viaje que cubriremos con algunos patrocinios” (4) Maestros de ceremonia: Edecanes, acompañantes, guías, presentadores, asistentes, “estorbantes”… toda una parafernalia para entregar los codiciados diplomas o certificados de participación -tanto a asistentes como a ponentes- y tomarse la respectiva foto. Estos cuatro (4) grupos representan los verdaderos “Alí baba y sus 40 amigos”,  reunidos con un sólo fin: disfrazar las pingues ganancias de un muy buen negocio -que raya ya en la ilegalidad- tras las letras de un congreso, y sin declarar ingresos, mostrar gastos, rendir cuentas, pagar impuestos, sin responder por nada, con nada y a nadie, “libres de polvo y paja”, se embolsican unos muy buenos dividendos a costa de una pléyade de ilusos académicos, incautos maestros e ingenuos financiadores.

 

Y qué decir de los eventos: rumba, rumba y más rumba… y las conferencias: los sitios propicios para dormir la resaca. Y todo eso, avalado por certificaciones, menciones y diplomas. Así, los “profesores-conferencistas” serán cada vez más “pobresores”, en tanto que los “estudiantes-asistentes” serán cada vez más “estudiambres”…los únicos ganadores, son los manipuladores congregados ad hoc en esa “explotación académica”.