“Pero las cosas son como son… y a nosotros

no nos toca más que mirarlas”. Camilo José Cela

En Politing se utilizan los anglicismos “hardware” como sinónimo de piezas físicas del ordenador y “software” para los programas y datos almacenados en él. También está haciendo carrera “hard skills” y “soft skills” pero entenderlas como habilidades “duras” y “suaves” no significa mucho y lo mejor es remitirse a sus conceptos originales

Las “hard skills” son aquellas habilidades requeridas para llevar a cabo una determinada tarea, es decir, los requerimientos técnicos para un trabajo específico: títulos universitarios, certificaciones y experiencia laboral. Son, entonces, los conocimientos y habilidades propias de cada función técnica, profesional o especializada, de acuerdo con las tareas que se realicen o con el giro propio de cada profesión. Estas se pueden adquirir por entrenamiento, educación o en el mismo trabajo.

Las “soft skills” -conocidas también como “people skills” o competencias sociales, de desarrollo personal o habilidades para relacionarse con la gente- son la suma de características necesarias para desenvolverse socialmente, logrando habilidades en el lenguaje, camaradería y optimismo que son los mismos rasgos de nuestra personalidad: aquellos que nos identifica a cada uno y nos diferencian y distinguen de los demás. Lo interesante es que estas “soft skills” también se pueden -y se deben- aprender y cultivar.

Y es que precisamente, se han venido observando marcadas y fundamentales diferencias entre los directivos de primer nivel y aquellos que no lo son y una de las características de los primeros, es que poseen muy desarrolladas y en alta consideración sus «soft skills«, hasta el punto de que si anteriormente estas complementaban a las “hard skills”, ahora se han vuelto tan necesarias e indispensables, que muchas veces las superan. Por eso -y auque la lista puede ser interminable- bien vale la pena intentar clasificarlas en dos grandes grupos. El primero, corresponde a las Habilidades Personales, que se refieren a competencias y destrezas personales como autoestima, creatividad, auto-liderazgo, sociabilidad, competitividad, responsabilidad, gestión del tiempo, innovación, integridad, honestidad, organización del trabajo, creatividad, movilidad, adaptabilidad, inteligencia emocional, etc. El segundo grupo, corresponde a las Habilidades Interpersonales, que son la base para que las personas se relacionen, como la comunicación, negociación, trabajo en equipo, facilidad para enseñar a otros, capacidad de ofrecer buen servicio, liderazgo, facilidad de trabajo con culturas diferentes, gestión de equipos, cordialidad y respeto intergrupales, resolución de conflictos, etc.

Y es que los directivos de Politing necesitan saber interactuar, bien sea para mercadear sus ideas, reafirmar sus posiciones ante sus compañeros, aceptar otras que los convencieron o simplemente para decir «NO», a directores y colegas de otras áreas.

Y es que los gerentes de Politing reconocen que toda campaña política necesita una ventaja competitiva y para ello, su personal debe conocer cómo manejarse y ser más productivos en la Campaña política y también, cómo relacionarse con los demás, con sus colegas, amigos, colaboradores, compañeros, sus cuates y pares: desde mostrar empatía, optimismo y buena voluntad, hasta ser acertivos en cuanto a la conciencia extrema de saber qué está pasando a su alrededor. Estas competencias vitales son una parte integral de cualquier campaña que compite con servicios, sino también, con lo que marca una real diferencia: saber cómo y qué tan bien se emplea a las personas. Y es que por lo general, las campañas políticas se enfocan en lo que los colaboradores necesitan conocer, en lugar de indagar quiénes realmente son ellos y sopesar sus necesidades integrales y básicas que cambian constantemente, con el fin de satisfacerlas.

El desafío, entonces, está en introducir programas de capacitación de “Soft Skills” que permitan aprender y capitalizar mejoras que repercutan decisivamente en el comportamiento diario. En realidad, siempre han sido importantes las “Soft Skill”, aunque a veces se enfatiza demasiado en la experiencia, títulos y certificaciones, pero ellas, se consideran como el aceite necesario para hacer que el complicado engranaje de la campaña y sus piñones, funcionen correctamente.

Esas capacidades -irónicamente conocidas como “blandas”- son realmente principios muy fuertes y bases muy sólidas que permiten modelar el carácter y caracterizar -a cualquier Campaña Política- que aspire a ser distinguida por su profesionalismo y capacidad de servicio a los electores, ciudadanos, usuarios, a toda la comunidad. Así es como el gerente de Politing alcanza la anhelada diferenciación y a la vez, jugar un papel vital para conseguir la lealtad de los electores.

Frecuentemente las “Soft Skills”, son más importantes que el know-how profesional. Dependiendo, claro, de lo que el candidato entienda por trabajo, pues algunos aseguran que gozan mucho viendo cómo trabajaban arduamente sus colaboradores. De seguro esos candidatos tienen acumulados más títulos universitarios que cartones en un tugurio