“Los que se quejan de la forma como rebota la pelota, son aquellos que no la saben golpear”. José Ingenieros

Hace más de dos mil años, Sun Tzu enseñó que la estrategia surge de entender tres aspectos principales: (1) Entender al adversario (sus metas, estrategias, fortalezas y debilidades) (2) Entendernos a nosotros mismos (nuestros aliados, nuestras fortalezas y nuestros límites) y (3) Entender el terreno (donde se realizará la batalla, la acción).

A pesar de que no hay nada misterioso acerca de la estrategia, sin embargo, muy a menudo resulta difícil pensar estratégicamente en Politing. Para ello, lo primero que hay que tener presente, es que la estrategia no es una sola decisión sino, más bien, es una confluencia de decisiones -un “rosario” de decisiones. Lo segundo es que lo estratégico tienen que ver con aspectos importantes tales como: la selección de objetivos claves, la escogencia de blancos apropiados, un entendimiento de los ciudadanos-electores y de los recursos necesarios como también las decisiones sobre cuáles tácticas hay que utilizar y en qué momento.

Por el contrario, una táctica en Politing, es una acción específica que se ejecuta dentro del contexto de una estrategia. Es una forma de organizar los recursos para provocar un cambio en el mundo. Entendida así, una táctica podría ser una actividad, un sistema o incluso una institución en una situación y una técnica en otra. Las tácticas se manifestarán de manera diferente dependiendo del tamaño, capacidad y recursos de la organización política.

De acuerdo con lo anterior, el pensamiento táctico es un componente crítico del pensamiento estratégico. Y consecuentemente, el hecho conocer las tácticas del adversario, ayuda a contrarrestarlas. Así, lo que se puede alcanzar -incluyendo qué tácticas se conocen y cuáles se pueden implementar exitosamente- afectarán la conformación de la estrategia elegida.

En otras palabras y en forma más grafica, las tácticas plasman cómo se hace para producir los cambios, mientras que una estrategia involucra las decisiones sobre qué tácticas usar, qué blancos merecen atención y qué recursos deben ser empleados. Consecuentemente, el conocimiento acerca de las tácticas, también da forma –y en qué forma- a la estrategia que se escoja.

La innovación táctica, entonces, es crítica en las acciones de Politing, para la implementación exitosa acciones de la campaña política en cualquier parte del mundo. A través de expandir nuestro pensamiento tanto táctica como estratégicamente, las acciones de los gerentes de Politing tiene la oportunidad de ser más efectivas. Como corolario de todo lo anterior se pede afirmar que:

Una selección limitada de tácticas de Politing, resulta en la formación de grupos restringidos de ciudadanos electores; por el contrario, una selección más amplia de tácticas de Politing, apela, convoca e involucra a grupos más amplios de electores.

Una sobre-dependencia de una táctica particular de Politing, resulta en la aplicación de dicha táctica en circunstancias equivocadas y en desaprovechar oportunidades para expandir los blancos estratégicos, pues el pensamiento táctico y flexible de Politing, crea la oportunidad de poder refinar la selección estratégica de los blancos de la campaña.

Una táctica de Politing sobre-utilizada, alienta al adversario a sistematizar una respuesta y le facilita a la competencia la defensa de su posición. Y es que la flexibilidad táctica de Politing, crea sorpresa y aprendizaje.

No es la intención hacer de este documento un “libro-de-recetas-de-cocina” para crear estrategias o para fomentar un conjunto de tácticas en particular. Sería por demás, una labor bastante inútil entre otras cosas, porque las decisiones tácticas, son siempre influenciadas por las capacidades del grupo que las diseña, por su tolerancia al riesgo, por su análisis del adversario o las condiciones adversarias y por el contexto en el cual las tácticas serán utilizadas. Simplemente, lo que se pretende con estos enunciados, es tratar de inspirar a los gerentes de Politing para que piensen estratégicamente y que incrementen su propio vademécum o caja de herramientas o inventario de tácticas, presentando una breve mirada del alcance de lo que puede lograr un trabajo verdaderamente innovador. Realmente, el desafió es para todos nosotros sin excepción, trabajando en las diferentes áreas con el fin de invertir el tiempo necesario en el desarrollo de nuevas herramientas estratégicas que permitan proceder en forma más segura, más regular, más efectiva y con mayor impacto.

Ya no se vale entonces, despreciar el pensamiento táctico ni tratarlo como elemento aislado o sin importancia dentro del pensamiento estratégico. Si esto lo hace el candidato puede ser delicado, más no peligroso, pero si quien comete este error es el gerente de Politing, entonces, esta situación no solo es peligrosa sino mortal, aunque un error de todo buen asesor de Politing no se convierte en equivocación hasta que se niega reiteradamente a corregirlo…