La revocación del mandato puede servir para muchas cosas, para crear un precedente de un ejercicio democrático para empoderar a la ciudadanía para darle trato de cariño a un presidente que presume el 60 por ciento de la aprobación (programas clientelares) o para poner a prueba su liderazgo político, pero la revocación de mandato definitivamente no es para “revocar el mandato” que fue elegido por 6 años el día de la elección Presidencial Andrés Manuel López Obrador.

 

Las consultas ciudadanas son para consolidar la democracia participativa y fortalecer nuestro involucramiento en la toma de decisiones eso no está a discusión, pero lo que enrarece esta decisión de poner a consulta la “revocación de mandato” de Andrés Manuel, es justamente lo que conveniente le resulta para Andrés Manuel, pero veamos por partes:

 

El año pasado y por iniciativa del mandatario aprobó una reforma constitucional para crear la “Revocación de Mandato” pero aMLO no es el único que lo ha propuesto entre el 2009 y 2012 el PT, PRI, Y PRD presentaron por lo menos seis iniciativas similares pero nadie les hizo caso finalmente se aprobó pero el asunto es que la revocación de mandato debería ser un acto extraordinario nacido de la propia ciudadanía cuando esta considere que el gobernante en turno ha incurrido en casos graves de corrupción, ineficiencia, violación de derechos humanos y pérdida de legitimidad y confianza y en este caso más que una consulta para revocación de mandato es un mandato presidencial para ser una consulta de revocación, porque no se dice que esta administración no cumpla con los requisitos para ser revocada solo que según casi todas las encuestas lo ponen con más del 60 por ciento de las personas que por las razones que sean siguen mostrando su aprobación al gobierno Morenista si más del 60 % de los mexicanos dicen estar conformes con el mandatario.

 

Llamar a votar al pueblo para una revocación de mandato solo convierte a este ejercicio democrático en una “consulta populista” es un ejercicio carísimo tras saciar la sed de capricho del presidente y para presumirnos una popularidad sostenida con una encuesta gratuita la podemos saber y el riesgo de convocar a una consulta en un momento tan inútil como este es lejos de crear un precedente esto se convertiría en un ejercicio ordinario y quizá sin interés como pasó con el sí o no para enjuiciar a los expresidentes de México, que cualquiera pudiera utilizar no sé por ejemplo para reafirmar su popularidad previo a las elecciones federales 2024.

 

Porque además todos sabemos que es muy poco probable que cualquier resultado se convierta en vinculatorio es decir que sirva para tomar una decisión ya lo vimos en la consulta pasada esa que era para todo menos para enjuiciar a los ex presidentes y que nos costó 528 millones de pesos y además se quedó lejos de ser vinculatoria al no conseguir que votará el 40 % del padrón electoral, si para supuestamente enjuiciar a quienes nos saquearon y empobrecieron solo participó el 7 por ciento del electorado cuántos participarán para decirle al presidente más popular que se vaya no se necesitan 38 millones de votantes para saber eso también lo podemos saber gratis y por si fuera poco en el improbable caso de que más de 37 millones de mexicanos votaran para revocar el mandato del Presidente.

 

Eso no les daría la oportunidad de elegir un nuevo mandatario, la misma reforma específica que será el presidente de la mesa directiva del congreso federal, quien asuma provisionalmente la titularidad del poder ejecutivo luego será el propio congreso el decida quien terminará el mandato presidencial y quien preside la cámara de diputados federal es el Dip. Sergio Carlos Gutiérrez, por si usted no sabe quién es busque su nombre en internet al lado de las palabras fraude y desvío de recursos; no estamos frente a un ejercicio ciudadano que salvara a la democracia, ni ante la revocación del mandato de nadie, estamos frente a un estratégico y maquiavélico plan para afianzar la estrategia del populista de Andrés Manuel López Obrador.

 

De frente a las próximas elecciones del 2022 y de las federales del 2024, porque si él es popular y de confianza cualquier persona que nos proponga como su candidato presidencial para continuar con su legado será bautizado con esa popularidad y por supuesto con el voto a su favor.