Hispanoamérica es una región extensa, llena de cultura, maravillas naturales y tradiciones, pero también, caracterizada por la desigualdad, corrupción, impunidad, mandatarios ineficientes y sobre todo, por un sistema democrático no consolidado.

 

Este territorio que alguna vez formó parte del imperio español, atraviesa por otro conflicto político, económico y social, específicamente en Venezuela, en donde dos de sus líderes protagonizan una lucha por el poder: Nicolás Maduro y Juan Guaidó.

 

Por enésima ocasión, un gobierno en esta parte del planeta caerá (siempre y cuando sus aliados no acudan a su rescate), debido al descontento y rechazo de la gente hacia la llamada Revolución Bolivariana, un proyecto de izquierda abanderado e impulsado hace dos décadas por Hugo Chávez, un militar que buscó y ocupó el más alto cargo público de su país.   

 

La historia

 

El tema Venezuela es complejo y extenso, para comprenderlo hay que voltear hacia atrás, esto ayudará a entender las causas que originaron un colapso del actual régimen, la inflación y devaluación de la moneda (bolívar) y lo peor, el desabasto de medicamentos y alimentos básicos.

 

Venezuela, como otras partes del continente, fueron conquistadas, sometidas durante siglos por la corona española, la cual tuvo dos prioridades: la primera, enfocarse a la religión, es decir, a evangelizar a los nativos, construir templos y castigar a quienes cuestionaban la religión católica; y la segunda, explotar y comercializar los recursos extraídos de sus colonias.

 

Diferencias que trascendieron

 

Las anteriores, pudieron ser acciones lógicas de un dominador sobre un dominado pero, con el tiempo, “moldearon” pueblos dependientes, poco educados y menos productivos; mientras el dominio de España se expandía, otras potencias como Inglaterra, se establecían en el nuevo mundo y en diversas latitudes con tropas mejor educadas, quienes después fundarían al par, iglesias y colegios para ilustrar a sus descendientes e inmigrantes.

 

Además de las escuelas, estos países se enfocaron a generar sus propios bienes y servicios, dejando a un lado la proveeduría de la materia prima y la maquila como lo es aún Hispanoamérica. 

 

Las rebeliones y la violencia

 

Más tarde, los procesos independentistas en las colonias españolas surgieron de manera casi simultánea en la primera mitad del siglo XIX, la mayoría logró su separación mediante las armas; quizá de ahí venga la herencia bélica y el arribo de los militares al poder desde México hasta Argentina.

 

El siglo XX fue un periodo de inestabilidad política en Hispanoamérica, con revoluciones como la mexicana o la cubana, guerras civiles en Guatemala y El Salvador, invasiones como la efectuada en Panamá, guerrillas en Colombia y Bolivia hasta los golpes de Estado en Argentina, Chile y Uruguay.

 

Si bien algunas naciones encontraron cierto equilibrio como Costa Rica o México (este último a partir de los cuarenta), la democracia formal (mas no representativa) comenzó a practicarse en los ochenta y más frecuentemente, en los noventa.

 

¿Qué pasará?

 

Esto ayuda a descifrar lo que sucede en la Venezuela de 2019, la que ha padecido desde 1950, dictaduras, intentos de golpe de Estado, elecciones más libres y otras no tanto hasta el sueño bolivariano de corte socialista impuesto por Chávez entre 1999 y 2013 (año de su fallecimiento) y trasladado a su sucesor, Nicolás Maduro, aunque con magros resultados.

 

La situación del gobierno de Maduro es cada día más endeble por el colapso económico de este país petrolero, la violencia creciente en las calles, la crisis humanitaria y la presión internacional en su contra que no cesa y que reconoce como mandatario al presidente de la Asamblea, Juan Guaidó.

 

Por desgracia, todo indica que el problema no se resolverá en el corto plazo, pues aunque la oposición venezolana cuenta con el respaldo de los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y España, el oficialismo se atrinchera y resiste bajo el escudo protector de sus aliados, China y Rusia.

 

No queda más que esperar; mientras tanto, Venezuela es envuelta por la anarquía.

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