Es el estado con más universidades per cápita en México, 486 para ser exactos, su principal ciudad alberga a la mayoría y en muchas de sus calles se observan centros educativos a los que acuden decenas o cientos de alumnos, quienes ahora encabezan manifestaciones para exigir seguridad y justicia.

 

Lo que parecía ser otro emplazamiento para salir y reclamar, se transformó en cuestión de horas, en la movilización más importante de la región desde 2006, que exhibió la incompetencia e insensibilidad del gobierno de una de las entidades clave del país.

 

¿Qué es Puebla?

 

Puebla es la puerta de acceso hacia el sur-sureste mexicano. Su capital del mismo nombre, forma parte de la cuarta zona metropolitana más grande (precedida por la del Valle de México, Guadalajara y Monterrey) y es el quinto municipio más poblado (detrás de Iztapalapa, Ecatepec, Tijuana y León) con 1.5 millones de habitantes según el censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2015.

 

Tales características, lo han convertido en un territorio difícil de administrar y controlar debido a los múltiples problemas, pero es la violencia lo que atormenta en demasía a su gente.

 

El motivo de todo

 

El reciente asesinato de los tres estudiantes de Medicina (dos de ellos de origen colombiano y uno veracruzano) y un conductor de la plataforma Uber en el municipio de Huejotzingo, desató las críticas de la comunidad de la BUAP y Upaep (donde los jóvenes tomaban clases) a las autoridades locales por no brindar la protección necesaria y la petición para que localizaran a los responsables.

 

Sin embargo, tres días después del crimen y ante el mutis gubernamental, la indignación creció y las avenidas fueron ocupadas por alumnos de éstas y otras universidades (públicas y privadas) para marchar conjunta y pacíficamente y de paso, solidarizarse con los familiares de las víctimas.

 

Muestra de unión

 

Las concentraciones en Puebla han mostrado el poder que tiene la nueva generación (a la que hasta hace algunos años se le calificaba como apática o desentendida de los asuntos de interés colectivo), que camina y grita sin afán de protagonismo ni filiación política.

 

En 2012, las voces juveniles renacieron en México con el movimiento #YoSoy132, posteriormente hubo actos en respaldo a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y a partir de 2019, los colectivos de mujeres son las irrupciones que muestran a una sociedad insatisfecha con sus representantes populares.

 

Violencia imparable

 

La efervescencia vivida en la ciudad de Puebla no es nueva, la inconformidad por el aumento delictivo se remonta a lustros pasados, por ejemplo, el número de denuncias presentadas ante la fiscalía local pasaron de 25 mil 829 en 2018 a 28 mil 774 en 2019.

 

El robo (en sus diferentes modalidades) es un ilícito que acosa a los estudiantes, el cual registró una cifra récord de 14 mil 290 casos en 2019; el homicidio doloso llegó a 201 casos, es decir, un incremento del 9.24 por ciento con respecto al año anterior.

 

Metrópoli de jóvenes

 

Con 6.1 millones de habitantes, el estado de Puebla tiene una amplia comunidad menor de 25 años, según la Secretaría de Educación Pública, la matrícula asciende a 200 mil alumnos, 70 mil de ellos provenientes de zonas aledañas (Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Tlaxcala) y del extranjero, principalmente de Latinoamérica.

 

Todo esto es aprovechado por el crimen organizado para vulnerar a las personas en su entorno inmediato, ya sea en el transporte público, en los bulevares, afuera de la escuela, en los comercios o en el carro. La violencia está omnipresente.

 

Los estudiantes poblanos saben que no sólo con tuits o videos se presiona al poder, sino también, ocupando el espacio público y permanecer en él hasta que el cambio se traduzca en una nueva ley o su derogación, en la destitución de algún funcionario, en el freno a algún problema, etcétera.

 

El despertar universitario era impostergable, una acción que trajo de regreso a esa fuerza que varios políticos ignoraron y que hoy, agrupada en 486 casas de estudio, da la cara para consolidar el anhelo de toda sociedad: vivir bien y tranquilo.  

 

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