El mundo enfrenta por enésima ocasión problemas económicos, políticos y sociales, conflictos con diferente origen y efecto pero que en el corto o mediano plazo repercutirán directamente en el desarrollo de una nación, como en el Brexit o la guerra comercial entre China y los Estados Unidos.

 

A estos ejemplos se les une la crisis que envuelve a algunos países de América del Sur, una región que comparte (ampliamente) un idioma en común (español), cultura y tradiciones similares, pero también, un atraso educativo, corrupción y gobiernos ineficientes, etcétera.

 

Hoy, cuatro territorios de esta zona atraviesan por el peor momento de su historia contemporánea: Argentina, Ecuador, Perú y Venezuela son la muestra de lo que el mal manejo de las finanzas y la alteración del ejercicio de gubernamental pueden desencadenar.

 

Durante gran parte del siglo XX, el sur del continente padeció golpes de Estado y dictaduras militares, dicha inestabilidad política generó rezagos importantes; posteriormente, el nuevo siglo trajo consigo comicios más democráticos, alternancia, que en su primera década viró hacia la izquierda.

 

Hasta el sur…

 

Argentina está por cumplir 20 años sumido en una situación poco favorable, la cual se agravó en 2001 a raíz del llamado “Corralito”, una medida oficial que restringió la disposición de efectivo y que fue suspendida hasta un año y medio después.

 

Tras la dimisión del entonces presidente Fernando de la Rúa y otros dos interinatos, arribó al poder Néstor Kirchner, ex líder de la provincia de Santa Cruz, de corte socialdemócrata, quien heredó el cargo a su esposa Cristina Fernández hasta llegar al actual, Mauricio Macri.

 

Con Macri las condiciones ha empeorado, hoy este país tiene una deuda con el Fondo Monetario Internacional que rebasa los 50 mil millones de dólares, una inflación del 60 por ciento (%) y el índice de pobreza que alcanza el 35.4%, es decir, 15 millones de argentinos viven en condiciones de miseria. Un reto difícil para el –posible- sucesor, Alberto Fernández.

 

El socialismo trasnochado

 

Del colapso de Venezuela se conoce mucho, la Revolución Bolivariana orquestada por Hugo Chávez a finales de los noventa, hoy se traduce en números negativos que empeoran día con día. El siguiente gobierno encabezado por Nicolás Maduro ha contribuido al deterioro acelerado de la vida de sus compatriotas.

 

Así pues, en esta nación el 87% de sus habitantes está en pobreza y en su mayoría (61%), en categoría extrema y con el nivel récord de inflación cercano al 233% (hasta septiembre de 2019).

 

Según datos de la ONU, 4 millones de venezolanos han migrado desde el comienzo de la debacle (2015) hacia sitios más cercanos en Brasil y Colombia o tan distantes en Argentina y Chile; mientras que los más privilegiados lo hacen con destino a España, Florida (en la unión americana) e incluso a México.

 

A la “mitad” del mundo

 

Los dos casos más recientes son el de Ecuador y el de Perú, dos países que habían estado lejanos de cuestiones graves como los antes señalados; sin embargo, en el primero, las medidas económicas decretadas por el presidente Lenin Moreno, desataron movilizaciones en varias franjas del territorio.

 

Eliminar los subsidios a los combustibles fue el detonante para que las protestas adquirieran un tono más violento, lo que llevó al mandatario a imponer un estado de excepción. El caos ecuatoriano tiene su origen en la pasada administración, la de Rafael Correa, quien aumentó el gasto público al 44%, lo que originó un déficit elevado.

 

La deuda ha obligado al régimen a disminuir el gasto público e incrementar la recaudación fiscal, dentro de las cuales está la cancelación de apoyos gubernamentales al diesel y las gasolinas y sí, una subida del 25% al precio de esta última.

 

Desde los Andes

 

Hasta ahora, Perú había salido avante de sus escándalos políticos, al mismo tiempo, era un modelo de cómo castigar a sus autoridades por delitos como la corrupción.

 

Todo eso cambió hace unas semanas cuando el entonces presidente Martín Vizcarra disolvió –legalmente- al congreso al no obtener su voto de confianza para llevar a cabo con transparencia el proceso de conformación del Tribunal Constitucional y a su vez, el legislativo le respondió, suspendiéndolo de sus funciones por 12 meses.

 

En su lugar fue designada la vicepresidenta Mercedes Aráoz, quien renunció de inmediato por no existir el escenario ideal para desempeñar el cargo. La polarización en Perú va en ascenso, después de que varios expresidentes fueran detenidos por presuntos hechos de soborno ligados con la empresa brasileña Odebrecht.

 

No obstante, mientras las reformas para combatir dicho problema aún permanecen en la congeladora parlamentaria, de forma temporal, el político Vicente Zeballos asumió como presidente del consejo de ministros, una tarea difícil en periodos de turbulencia.

 

La realidad de Argentina, Ecuador, Perú y Venezuela es, por desgracia, una constante en estas latitudes, pero también, hay otro conjunto de países que atraviesan complicaciones de todo tipo que podrían acrecentarse como en Brasil, Colombia, Honduras y México. 

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