A casi diez meses de su llegada al poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) atraviesa por su primera gran fractura: el intercambio de acusaciones entre los senadores Ricardo Monreal y Martí Batres, derivado de la elección para la renovación de la Mesa Directiva de la Cámara Alta, evidenció la endeble unidad que hay en el partido gobernante.

 

Batres aseguró que su correligionario “hizo fraude”, debido a que en dicha votación participaron legisladores del PES (aliado de Morena) lo que inclinó el resultado a favor de Mónica Fernández (contendiente de Batres y afín a Monreal), cuando la convocatoria, dijo, establecía que sólo participarían los miembros de la bancada morenista.

 

No es la primera…

 

El pleito entre estas dos figuras “de peso” acaparó las portadas y titulares de todos los medios de comunicación; no obstante, se han desatado otras luchas al interior del partido guinda, aunque de menor escala, pero que no dejan de alertar sobre el posible debilitamiento del mismo de cara a los comicios de 2021.

 

Los conflictos no son algo nuevo para Monreal, hace unos meses protagonizó una polémica con la presidenta de ese instituto político, Yeidckol Polevnsky, ya que esta última “lanzó fuego” contra algunos militantes, al indicar que “son muchas las sabandijas que se nos han infiltrado, son muchos los que están echándole el ojo al partido de una manera mezquina y perversa, porque están pensando que el partido tiene mucho dinero”.

 

El exmandatario zacatecano se dio por aludido y sólo se limitó a decir “le expreso mi respeto y que de nueva cuenta Dios la ilumine”. Otros desencuentros entre el coordinador senatorial y la líder han tenido como campo de batalla el estado de Puebla.

 

¿Qué deben hacer?

 

Alejandro Díaz Durán, quien es suplente de Monreal, la criticó en marzo pasado de ser una dirigente “ofensiva y grosera”, por haber cuestionado la adhesión de algunos personajes como el senador y exaspirante a la gubernatura de la entidad, Alejandro Armenta Mier.

 

La animadversión entre estos actores de Morena crece día con día y es obligación de Andrés Manuel López Obrador, frenar la “bola nieve” que parece avanzar de manera veloz y que, de seguir así, terminará por involucrar a otros simpatizantes que no harán más que terminar con el bono ciudadano que aún poseen.

 

Silencios extraños

 

Por otra parte, se coloca el vacío total que la oposición ha dejado durante esta disputa. La ausencia de posturas, comunicados, ruedas de prensa del PAN y PRI son tan notorios que podrían dejar que Morena se enferme, se medique y se restablezca por sí solo.

 

Los desencuentros entre los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional serán cada vez más notorios y frecuentes conforme se acerque la sucesión en la dirigencia nacional, programada para finales de noviembre y por supuesto, para la designación de candidatos a diputados federales y alcaldes en 2021.

 

El desbarajuste en el que se ha transformado la principal fuerza política del país abre la puerta para que sus adversarios puedan “sacar raja”  y así, ganar adeptos y concentrar a todos aquellos que disienten con el proyecto encabezado por AMLO, rumbo a la verdadera batalla para ocupar la silla presidencial.   

     

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