Es una tendencia que se extiende año con año, es un movimiento que gana más adeptos en varias partes del mundo, el discurso que maneja exalta el nacionalismo, fomenta la xenofobia y en general, busca polarizar a toda una sociedad.
La extrema derecha es –también- una ideología, que en el espectro político se ubica en el lado más radical y –quizás- anacrónico; sin embargo, ésta sobrevive, se alimenta y se apoya de ideas y lanza propuestas controvertidas en rubros clave.
El nuevo actor
Hace unos días, la irrupción de Vox (partido político español de extrema derecha, conformado principalmente por exmilitantes del conservador Partido Popular) fue la gran sorpresa de los comicios generales de España, no sólo por los 24 escaños conseguidos en el parlamento, sino por la simpatía que goza entre los miembros de las clases media y alta.
Lo sucedido en España es tan sólo una muestra del crecimiento que puede tener un partido, cuyos mensajes alientan la discriminación y la intolerancia hacia las minorías (indígenas, homosexuales, personas de color, etcétera), el cierre de sus fronteras a la migración y al intercambio de mercancías y más.
Desde hace algunos años, Europa se ha visto “invadida” por esta corriente, la cual ya ocupa espacios en congresos, estados, provincias y regiones que, en suma, fortalecen sus posibilidades para que en los próximos meses u años dirijan las riendas de su respectivo país.
La “lista negra”
En Francia existe el Frente Nacional, es el segundo partido en importancia; en el Reino Unido se encuentra el Partido por la Independencia del Reino Unido, cuya representación es nula en la Cámara de los Comunes pero tiene una amplia base ciudadana; en Alemania, la Alternativa para Alemania es la tercera más votada y posee una reminiscencia del nazismo, lo que ha prendido las alarmas en toda la Unión Europea; mientras tanto, en Italia la Liga Norte ya escaló posiciones hasta convertirse en la segunda fuerza de gobierno.
Otros institutos políticos de este corte en el viejo continente son: el Partido para la Libertad en los Países Bajos, el Partido del Pueblo Suizo, Partido Liberal de Austria, Movimiento por una Hungría Mejor, Amanecer Dorado (Grecia), Ley y Justicia (Polonia), Verdaderos Finlandeses, Partido Popular Danés y Demócratas Suecos.
Modelo exportable
Salvo en España y Reino Unido, las agrupaciones de ultra derecha se sitúan en el segundo o tercer sitio; por si lo anterior no fuera poco, su presencia está expandiéndose en otras latitudes como en los Estados Unidos o Brasil, ambos con un mandatario polémico como Donald Trump y Jair Bolsonaro, respectivamente.
Hasta el momento, México escapa a dicha propensión, ya que su sistema de partidos se caracteriza por tener ideologías cercanas al centro, es decir, ni la izquierda ni la derecha han extremado su postura ni sus principios.
No obstante, la extrema derecha podría tener –por desgracia- un campo fértil en este territorio, debido al contexto prevaleciente en temas como el éxodo centroamericano, la pérdida de empleos, la crisis económica o el incremento de la violencia.
De no frenarse, estos problemas generarán mayor descontento entre la población conforme avance la administración de Andrés Manuel López Obrador, situación que podría ser aprovechada por alguien que recoja el malestar colectivo y transformarlo en propuestas “atractivas”.
La ola de extrema derecha que viene debe ser un tema de análisis profundo y de preocupación para la clase política mexicana, la cual todavía está a tiempo de prevenir y evitar la aparición de un personaje o movimiento con tales particularidades en la siguiente elección.
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