Es octubre de 2020 y falta media hora para las dos de la tarde en el Hospital Ángel Leaño y las camionetas de Conexión Médica de la ruta D salen vacías, apenas el conductor ocupa un asiento. Es el cambio de turno, pero ningún médico ni enfermera se subió al servicio de transporte que el gobierno de Jalisco montó para protegerlos después de 32 ataques con agua clorada a personal de salud en Guadalajara.