Con 114 votos a favor en el Senado, Juan Luis González Alcántara Carrancá Ministro fue elegido como nuevo ministro de la Suprema Corte de Justicia.

Se determinó en segunda votación, esta mayoría de 114 votos a favor de 128 legisladores presentes.

 

Esto se logró, después de un receso de 58 minutos en que los coordinadores parlamentarios de todas las fuerzas políticas acordaron superar este bache.

 

Tras aprobarse su idoneidad, Juan Luis González Carrancá, compareció ante el Pleno de la Cámara de Senadores, en la que destacó trabajará para que en todo fallo sobreponga la máxima interpretación de los derechos humanos reconocidos en la Constitución Política mexicana, así como los tratados internacionales adoptados en la materia.

 

"Ni un paso atrás en la progresividad de los derechos humanos. México no puede renunciar a la libertad sin renunciar a la condición humana”, sentenció el aspirante a ministro, quien dijo que la “verdadera diferencia entre un buen juez y un verdaderamente grande se encuentra, más que en su dominio técnico, en su calidad humana.. 

 

Por ello, señaló que un juez que no pueda ver más que un texto en la norma, nunca podrá estar a la altura de las expectativas, ya que dijo “es necesario que vea más allá de la norma o del expediente. Que vea hacia la realidad social en la que está operando. Que pueda empatizar con el sufrimiento de quienes han sido víctimas de injusticia”.

 

Agregó que es imperante la defensión de quienes “no tienen los medios para defenderse por sí mismos y que por tanto ponen en sus manos (de los jueces) su vida, su libertad y sus bienes”, ya que apuntó como en su comparecencia hacia la implementación de un modelo de impartición de justicia en la que se cumpla con la esperanza de los afectados “a recibir una justicia que sea algo más que palabras complicadas y formulas inatendibles”.

 

Por su parte, defendió que la independencia judicial, en un contexto tan polémico, no implica solamente una estructura formal que separe funciones, como tampoco depende enteramente de cuestiones presupuestales, por el contrario, la independencia judicial implica la adopción de una filosofía y de una ética de trabajo específicas”

 

Implica asumir una visión de Estado que va mas allá de nuestras propias convicciones o incluso de nuestras simpatías ideológicas. Implica, en fin, estar dispuestos a convertirnos en auténticos guardianes de nuestro orden constitucional.