Experimentar un intercambio, cambia la vida de cualquier estudiante, no solo logran un crecimiento en el ámbito académico, sino que consiguen compartir su cultura y aprender de los demás, generando así vivencias inolvidables.

Ocran Dedan Holloway Jr y Leah Mae Gudex, estudiantes de University of Notre Dame optaron por UPAEP como destino para vivir una experiencia internacional y lograr extender y poner en práctica sus conocimientos en español, lamentablemente, su estancia no duró mucho tiempo debido a la contingencia sanitaria, sin embargo, comentan llevarse muchos aprendizajes y experiencias.

Para Leah Mae Gudex, Puebla y UPAEP significaron mucho, no solo por lo que representa el tener la oportunidad de vivir una experiencia académica en el extranjero. “Claro que hay lugares hermosos para visitar y grandes aventuras que vivir, pero lo que quiero recordar dentro de 20 años no son necesariamente las iglesias o restaurantes que visitamos, recordaré los lazos que se formaron al momento de llevarnos más allá de nuestra zona de confort”.

Explicó que si bien estas experiencias se dieron en medio de un tiempo de miedo e incertidumbre, también representó un momento de crecimiento.

“Nos llevó a comprendernos de nuevas maneras y estos desafíos fomentaron conexiones más profundas entre todos lo que vivimos esta experiencia internacional. Es difícil evitar pensar lo que podría haber sido si hubiéramos tenido más tiempo de crecer como individuos y como amigos”, acotó.

Añadió que espera que se dé otra oportunidad de poderse reunir antes de ser mayores y tener el peso del mundo en sus espaldas.

“Los dos meses que estuve en Puebla fueron de los más formativos y maravillosos de mi vida, no me arrepiento de haber tomado esta decisión. Durante este tiempo pude experimentar una nueva cultura y desarrollar increíbles lazos de amistad”, expresó Ocran.

Destacó que siempre recordará los momentos de echar “chisme” con su mamá anfitriona durante el desayuno y los deliciosos tacos de la plaza que se encontraba al cruzar la calle de su casa, o la panadería en la que estudiaba y comía pastel con sus amigos.

“Siempre voy a recordar Puebla y UPAEP con un corazón cálido, lo único que lamento es no poder tener más tiempo con mi familia anfitriona y mis amigos en el bello país que es México”, puntualizó.