Uno de los referentes escultórico más importantes en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México es el muro-espadaña de nuestro campus en Santa Fe. Quizá no te suene mucho el nombre, pero si te decimos que es el espacio entre el edificio B y C, con un gran medallón y tres campanas, tal vez ya sabes de lo que te estamos hablando.

Bueno, te contaremos la historia. En 1989, un año después de la inauguración de las instalaciones de la IBERO, el Senado Universitario acordó dedicar el edificio de aulas a Vasco de Quiroga, un personaje importantísimo en la historia de México y específicamente en esta zona de la Ciudad de México, donde entre 1531 y 1532 fundara el hospital de Santa Fe.

El muro-espadaña (un campanario formado por una sola pared) fue inaugurado el 14 de marzo de 1990 por el entonces Rector de nuestra casa de estudios, Dr. Carlos Escandón; el regente del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís; y el presidente honorario del Comité Conmemorativo de Vasco de Quiroga, Dr. Silvio Zavala, entre otras autoridades.

El Dr. Carlos Escandón expuso el vínculo entre la filosofía de la universidad y la de Vasco de Quiroga. Argumentó que tanto Ignacio de Loyola como Vasco de Quiroga “hicieron del humanismo sinónimo de educación y formas de vida en la caridad y amor al hombre”.

Este monumento contiene un medallón en bronce con la imagen de Vasco de Quiroga, de la autoría de Eduardo Isaac Tamariz; y tres campanas que donó Reynaldo Paniagua, exalumno de la IBERO, con las inscripciones de fe, esperanza y calidad, así como el escudo e iniciales de la UIA. Estas piezas fueron encargadas al taller Campanas Sonoras.

Además, el muro pintado de morado tienen dos fragmentos de textos de Tata Vasco sobre la educación y el ideal de vida en los hospitales. Fue el 14 de marzo de 1990, después de una ceremonia oficial en el Auditorio José Sánchez Villaseñor, que la Comunidad IBERO escuchó por primera vez, el tañer de las campanas de Vasco de Quiroga.