“Seamos la pesadilla de los que pretenden arrebatarnos los sueños” dijo Fritz Glockner Corte, autor del libro Los años heridos. La historia de la guerrilla en México 1968-1985 al citar al guerrillero Ernesto Che Guevara durante la presentación de su obra.

Fritz Glockner, durante su interacción con los asistentes, puso el dedo en la llaga en el tema de la extracción de información por medio de la tortura, ya que ésta puede servir para alterar la investigación; al mismo tiempo afirmó la importancia que tiene la multiplicidad de fuentes para el historiador, debido a que éste debe de entrevistar a todas las perspectivas para escribir la historia.

Durante su participación, Glockner Corte hizo un recuento de los movimientos de estudiantes previos al 68 y corroboró que las violaciones a los derechos estudiantiles por parte del Estado han ocurrido en repetidas ocasiones a lo largo de la historia del país.

El autor hizo hincapié en que los jóvenes siempre han buscado el cambio social, retomando casos recientes como el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y la acción solidaria de los jóvenes el sismo del 19 de septiembre de 2017 (19S).

Sin embargo, el escritor recalcó que las estructuras de poder del Estado Mexicano sí han podido adaptarse a las juventudes, ya que ha sabido aceptar los movimientos juveniles dándoles aire suficiente para desarrollarse de manera no violenta.

Glockner Corte afirmó que las autoridades mexicanas adaptaron los métodos estadounidenses de tortura y guerra de baja intensidad a su contexto. Segundo concepto que dividió en tres columnas: Control de la información, discurso y represión. Tras esto, el ponente habló de las estrategias coercitivas del gobierno mexicano, el cual buscó establecer un discurso de aceptación a movimientos de izquierda, cuando factualmente los perseguía.

“Vengo de ahí” afirmó el autor al hablar de la construcción sentimental que lleva a la de una ideología, recalcando como su contexto familiar lo llevó a abrazar los movimientos de izquierda. Y planteó que la represión y la convicción son sumamente importantes en las luchas sociales.

En este sentido, subrayó la censura que existe en el país –en todos los rubros-, afirmando que el gobierno no permitió la libertad de prensa y suprimió a los medios de comunicación. No obstante, a pesar de esto, el autor ha podido publicar sus libros sin repercusión alguna.

Finalmente, recalcó que en la actualidad los jóvenes siguen enfrentándose a los mismos retos que en los años sesenta, sin embargo, también se enfrentan a la creciente violencia en el país y al calentamiento global.