El 62 por ciento de los niños de entre 1 a 2 años de edad sufren algún tipo de accidente en la casa, porque están en la etapa de conocer el entorno que les rodea, explicó la Mtra. María del Pilar Castro Fernández de Lara, Directora de la Facultad de Enfermería de la UPAEP.

Se aproxima el periodo de vacaciones escolares y miles de niños pasarán un buen número de horas en su casa, en algunos casos, solos y en otros acompañados por una persona mayor o sus hermanos más grandes, porque en la mayoría de los casos, los papás tienen que salir a trabajar, y por ello, es importante tomar en cuenta algunas precauciones para proteger a los infantes.

Afirmó que dentro de este rango del 62 por ciento de accidentes en niños de 1 a 2 años se encuentran las contusiones, heridas en la cabeza y fracturas y en la mayoría de las ocasiones son originadas por caídas de un nivel a otro, es decir, se caen de la azotea, se caen en las escaleras o caídas desde su propio nivel de altura, sobre todo porque son infantes que están comenzando a caminar y se hace común que se resbalen, se tropiecen y se provoquen algún tipo de fractura, luxación o alguna contusión.

Dijo que también se pueden presentar otro tipo de lesiones, como son las quemaduras con agua hirviendo, aceite o por el contenido de las cacerolas, por “estar corriendo o de curiosos en la cocina”.

La Mtra. Castro Fernández de Lara señaló, “de estos niños, un 15 por ciento tienen antecedentes de lesiones previas, es decir, son niños inquietos, traviesos, exploradores, que siempre andan buscando qué hacer”.

Advirtió que de este universo de niños que sufren un accidente, el 39 por ciento de ellos acude dentro de la primera hora después del percance, a una atención o revisión médica de manera urgente. Lo que quiere decir que un alto índice de menores accidentados no acude a una revisión médica dentro de la primera hora, lo que va a provocar que tengan consecuencias más graves en las lesiones que se hayan presentado.

Manifestó que del 39 por ciento de niños que son llevados a un centro de salud para su revisión, el 51 por ciento de los infantes se tiene que quedar hospitalizado por las lesiones o gravedad de las lesiones que haya sufrido. Asimismo, refirió que el 29 por ciento de estos niños sufren un percance porque las mamás se encuentran fuera de la casa, son madres que tienen que trabajar y por lo tanto, tienen que dejar a los niños encargados o bajo el cuidado del “hermano más grande y hasta los abuelos”.

Apuntó que entre los factores de riesgo que se pueden encontrar están, 40 por ciento por falta de protección en los enchufes, área vulnerable para los niños; 38 por ciento en dejar productos de limpieza al alcance de los niños, como son cloro, sosa caustica, insecticidas y en las zonas rurales hasta fertilizantes, depositados en envases de refresco que muchas veces los infantes confunden y los ingieren; un 34 por ciento está representado por los envases de los cosméticos, ya que son artículos ideales para su boca, y pueden provocar obstrucción de las vías aéreas en el niño; el 30 por ciento por uso de bolsas de plástico; también lesiones en un 30 por ciento por el uso de herramientas como son martillos, desarmadores, picahielos, objetos punzocortantes y hasta pistolas.

Agregó que también se presentan accidentes en niños por la falta de barandales en cunas y escaleras en un 30 por ciento; y un 48 por ciento por accidentes al caerse de las escaleras.

Por su parte, la Mtra. Irma Moreno Díaz, profesora de la Facultad de Enfermería de la UPAEP, subrayó que todos esos accidentes no son producto de la casualidad, sino que son consecuencia de una combinación de factores que al conocerlos podemos eliminarlos o podemos trabajar en ellos, con el propósito de disminuir lo que son los accidentes.

Entre las medidas preventivas tenemos en primera instancia el guardar los objetos peligrosos, como herramientas, lápices, cuchillos u objetos puntiagudos; objetos pequeños como canicas, carritos, etc.; dejar fuera del alcance de los niños algún químico y menos guardarlos en algún envase de refresco, sobre todo para no confundir a los niños, así como no dejar cerillos o encendedores en lugares en donde los pequeños los puedan tomar con facilidad.

Recordó que los adultos deben darse el tiempo para supervisar cómo dejan las cosas acomodadas en la casa, a fin de que los niños no sufran ningún tipo de accidentes.