A los diez minutos de la primera final de la historia de la Copa de Europa en 1956, Stade de Reims le ganaba 2-0 al Real Madrid de Alfredo Di Stéfano. Aquella ventaja inesperada y ya lejana, que duró solo cuatro minutos, fue uno de los dos mejores momentos del fútbol francés en la historia del torneo de clubes más importantes del continente. El otro, más célebre, fue en 1993, cuando Olympique Marsella le dio al país el único título en los 65 años de historia del certamen.