Cuando Teófimo López unificó los títulos principales de la división de peso ligero con su victoria sobre Vasiliy Lomachenko en octubre, el peleador de sangre hondureña dejó en claro lo que las cuatro correas significan para él.
“La gran importancia de ser campeón mundial … y yo soy un verdadero campeón. No voy a soltar ninguno de mis cinturones", dijo el joven boxeador, asegurando estar dispuesto a realizar combates menos atractivos en defensas obligatorias con miras a extender su monarquía absoluta en la división (sin mencionar sus intenciones de hacer lo mismo eventualmente en las 140 libras).
¿Suena familiar? Parece estar en línea con lo que hemos escuchado recientemente del astro mexicano Canelo Álvarez, quien regresa este sábado al ring en su primera defensa de los títulos CMB/AMB de peso súper mediano que conquisto en diciembre con su triunfo sobre Callum Smith.
¿Su oponente? Un desconocido Avni Yildirim que no emociona como retador mandatorio, sumándole fuego a las críticas que quieren ver a Canelo contra un rival de más nombre.
¿La razón de la pelea? Simple, es la defensa obligatoria. Y para Canelo lograr su objetivo de ser el primer campeón indiscutido de peso súper mediano, y el primero en tener los cuatro cinturones importantes a la vez en la era de los cuatro cinturones (desde 1988), primero tiene que lidiar (y cumplir) contra Yildirim.
Guste a quien no le guste.
Esa es la realidad que enfrenta cualquier boxeador que busca ser campeón indiscutido; las defensas mandatorias tienen que ser consideradas en la ecuación. Usualmente ese objetivo se sacrifica ante la posibilidad de peleas grandes, pero en el caso de Canelo - y en mucho del boxeo actual - la falta de pareos estelares va de la mano con la misión que parece estar de moda desde que López sorprendió a muchos en su triunfo sobre Lomachenko.
Las divisiones de peso ligero de López y de peso súper mediano de Canelo no son las únicas que suenan como posibles destinos de combates unificatorios de cuatro correas; Taylor y Ramírez se aprestan a decidir el monarca absoluto del peso junior welter en algún momento de 2021, y uno de los incentivos para concretar la pelea Tyson Fury-Anthony Joshua es la búsqueda de un primer campeón indisputado desde Lennox Lewis (y el primero en lograrlo con las cuatro correas encima).
Una batalla entre Terence Crawford y Errol Spence Jr. podría dejarnos con un campeón de tres cinturones en el peso welter, a la vez que Jermell Charlo en peso súper welter ya carga con tres de las cuatro fajas principales como monarca unificado.
Solo cinco boxeadores masculinos han tenido los cuatro cinturones AMB/CMB/OMB/FIB a la vez - López (ligero), Bernard Hopkins (mediano), Jermain Taylor (mediano), Crawford (junior welter) y Oleksandr Usyk (crucero) - y lograr unificarlos podría ser la tarea más difícil en el boxeo, considerando las aguas turbulentas que hay que navegar entre peleadores, organismos y promotores (todos con sus propias agendas), sacrificando quizás el espectáculo mayor que el fanático exige por su dinero. López, por ejemplo, se dirigiría primero a un combate con el retador mandatorio del FIB, George Kambosos, con miras a tener sus cuatro correas rumbo a peleas mucho más grandes con personajes como Gervonta Davis, Devin Haney y Ryan García.
El campeón Supermediano asegura que no le dan el crédito que se merece, principalmente en México.
En teoría, tener los cuatro títulos a la vez parecería ser sucio difícil, explicando la poca cantidad de boxeadores que lo lograron. Pero Canelo habló mucho sobre hacer historia y lograr ese objetivo sin duda sería histórico. Y a diferencia de López, quien tendría retadores de nombre tanto en las 135 como en las 140 libras, el astro mexicano no parece tener esa calidad de nombres en ninguno de sus pesos actuales (160, 168 y 175) para distraerlo de esa misión; una pelea de trilogía contra su rival Gennadiy Golovkin probablemente sería el combate más grande que puede concretar, pero el peso y el factor tiempo se interponen; el otro hermano Charlo (Jermall) podría ofrecer un buen espectáculo, aunque no lo suficiente para obligar a Canelo a bajar de vuelta a 160, por lo menos no en 2021.
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¿Y la división semipesado? Bueno, peleas contra Artur Beterbiev y Dmitry Bivol podrían ser muy peligrosas para un Canelo que ha demostrado ser muy cuidadoso (algunos dirían sabio) a la hora de escoger oponentes.
Lo que nos deja donde estamos, en el peso súper mediano. Canelo anteriormente unificó títulos en peso mediano y junior mediano, pero convertirse en campeón indiscutible en cualquiera de las divisiones lo eludió. Tiene una oportunidad legítima de hacerlo en las 168 libras este año, comenzando con Yildirim.
Un triunfo de Canelo sobre el turco lo dejaría a dos peleas restantes para reclamar la corona indiscutida en las 168 libras, y el plan trazado es Billy Joe Saunders y la faja de la OMB en mayo antes de ir por Caleb Plant y la corona FIB para completar la misión.
Y aunque no es el plan que muchos quieren que Canelo siga, es sin duda el más lógico y que mayores frutos le puede rendir ante el panorama actual del boxeo.
Eventualmente Canelo tendrá sus peleas grandes, quizás jugando el papel de Floyd Mayweather (cuando el mexicano sufrió su única derrota de carrera en 2013) como la superestrella que acepta el reto de un peleador cotizado joven (¿David Benavidez? ¿Edgar Berlanga?). Quizás. Mientras tanto, es mejor irse a la segura.
Y nada parece ser una apuesta más segura en el boxeo que Canelo limpiando la división de las 168 libras y haciendo historia en 2021.