Los tiempos de cambio han llegado al futbol mexicano. Los primeros pasos se dieron en medio de la incredulidad que se haya acabado el Pacto de Caballeros, después de 24 años de lucha. Ahora la segunda batalla está en el tesoro más preciado:

Selección Nacional.

 

Previo a la Copa del Mundo, en Rusia los primeros desacuerdos salieron. Brotaron incluso de lugares insospechados del propio sistema. Sin dar nombres, aunque sí hubo señalamientos, prevalecía la idea de que los seleccionados, específicamente los europeos, se habrían negado acudir a los llamados del Tri, después de estar en desacuerdo con los derechos de imagen, utilizados y explotados por la Federación Mexicana de Futbol.

 

Sin sustento aún en la información, porque los futbolistas han preferido guardar silencio y deslizar ‘en off’ sus insatisfacciones, el tema sigue en boga, los jugadores consideran desde hace tiempo que su presencia en selecciones no se capitaliza monetariamente en sus bolsillos, no obstante que permea la idea de que la FMF se llena las manos de dinero por la comercialización del producto llamado México.

 

El ríspido diálogo se ha mantenido. No se ha arreglado al ciento por ciento. En camino está la Copa Oro. Nuevamente se regresarán a las conversaciones, pero en esta ocasión sé que hay una disposición general de ambas partes. Repito los tiempos de cambio están a la orden en el futbol mexicano y ahora se avocarán arreglar el conflicto económico para centrarse en lo que realmente importa: El lado deportivo.

 

¿Cómo se vislumbra el acuerdo en selecciones nacionales? Simple, las demandas de los jugadores, hasta las altas esferas de la Federación Mexicana de Futbol encabezada por Yon de Luisa, han sido escuchadas. Se analiza seriamente la posibilidad de remunerar económicamente a los jugadores en cada uno de los llamados que tengan en el equipo Tricolor. Se entiende que los jugadores también busquen obtener ganancias por sus derechos de imagen en el equipo mexicano. Esto solamente se hará en el equipo mayor, no en selecciones menores, ya que se acepta que los juveniles deberán luchar por alcanzar esos niveles.

 

El análisis también considera derechos y obligaciones, con lo que habrá también posiciones claras por parte de los directivos que en el futuro encabezará Gerardo Torrado, ya que como se sabe, Guillermo Cantú, saldrá después de la participación de México en la Copa Oro.

 

Drectivos se han informado sobre cómo otras selecciones del mundo, como la española, ofrecen estos ‘gastos’ de representación a sus seleccionados (no es ningún sueldo), pero seguramente se tropicalizará en México con algunos ajustes, mismos que permitirán que los jugadores estén a gusto y se integren al equipo mexicano a sabiendas que con el acuerdo todos estén contentos.

 

Este 2019 puede ser un año muy significativo para el balompié mexicano. El Pacto de Caballeros en el papel llegó a su fin el pasado 20 de mayo, luego de que la propia Liga aceptará el Reglamento de Transferencias internacional apegado a la FIFA. Ahora, estos aires llegan a la Selección Nacional, donde buscan que los futbolistas estén satisfechos de sus peticiones, ya que se quiere dar un paso hacia adelante para un mejor desarrollo del futbol mexicano. El dinero se repartirá en seleccionados y eso es historia.