José Woldenberg analiza el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en su libro "Contra el autoritarismo"

 

Logros que sólo existen en el discurso y poner a la fe como solución a problemas, temas que cuestiona José Woldenberg.

 

Recortes presupuestales en las dependencias de gobierno sin un diagnóstico previo, logros que sólo existen en el discurso, pero no en la realidad y poner a la fe como solución a problemas de salubridad, son algunas preocupaciones que José Woldenberg (Nuevo León, 1952) aborda en el libro Contra el autoritarismo, ensayos sobre la actual administración de Andrés Manuel López Obrador.

 

–¿Qué significa vivir en el hiperpresidencialismo?

 

–Durante una larga época en México, el Presidente se había convertido en el poder de poderes, la división que establecía la Constitución no se cumplía, el presidente aparecía como una institución por encima, a veces, incluso de la Constitución y eso distorsionaba el diseño de una república democrática.

 

“El problema que veo hoy es que la Presidencia parece añorar un poder como el de los años 60 o 50 del siglo pasado, es decir, concentrar facultades en el presidente, disminuir a los otros poderes constitucionales, marginar e incluso, se ha dicho, acabar con los órganos autónomos del Estado, menospreciar a las organizaciones de la sociedad civil, combatir a todas las voces críticas del periodismo. Todos esos son fórmulas preocupantes”.

 

– Quien no opine igual que el Presidente ¿es su enemigo?

 

–Dividir al mundo en conmigo o contra mí ya de por sí nos debería de preocupar porque todos sabemos que la nuestra es una sociedad plural donde hay, de manera natural, diferentes perspectivas, intereses, puntos de vista e ideologías.

 

“Por ejemplo, tenemos un espacio público donde se desarrolla el debate político en el cual todos deberíamos de intentar robustecerlo, hacerlo más fuerte ¿de qué manera? poniendo a la circulación diagnósticos, puntos de vista, evidencias para descubrir la profundidad de nuestros problemas y trazar posibles soluciones”.

 

“Hoy tenemos un número de desempleados y pobres mayor que en el pasado”

 

Sin embargo, añade Woldenberg, pareciera que el Presidente “lo único que quiere escuchar es el reforzamiento de sus ideas y todas aquellas que no coincidan con las suyas inmediatamente las descalifica”.

 

El también académico señala que López Obrador es “muy bueno” para poner adjetivos: fifís, conservadores, la mafia del poder… “Da la impresión que no le interesa robustecer, inyectar racionalidad, ideas e información al debate público y ese debate se nos está adelgazando de manera preocupante”.

 

–Habla de discursos llenos de nominalismos…

 

–Da la impresión que, en algunos asuntos, el Presidente de la República acude a un nominalismo vacío. Por ejemplo, cuando dice se acabó la corrupción o se acabó el neoliberalismo es evidente que no se puede acabar el neoliberalismo porque es una corriente de pensamiento y es evidente que la corrupción no se ha acabado.

 

“De tal suerte pareciera que si el presidente lo dice se hace realidad y eso es incorrecto y delirante”.

 

Las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación presentadas en el mes de febrero son otro ejemplo, indica Woldenberg.

 

“La ASF presentó un informe donde detectó innumerables deficiencias e incluso posibles raterías ¿y qué hizo el presidente?  En vez de tomarlo para ver qué había de verdad y cómo había que combatir la corrupción, desacreditó el informe a partir de lo que él mismo decía sobre, por ejemplo, el costo de la suspensión del aeropuerto; en vez de entrar a combatir la corrupción se tendió una cortina de humo”, afirma.

 

Otro tema que el ex consejero del INE aborda en los ensayos publicados por Cal y Arena son los recortes presupuestales del 75 por ciento en las instituciones.

 

“El problema es que haya recortes sin diagnóstico porque junto con lo malo se lleva lo bueno. El caso de los fideicomisos lo ilustra de manera perfecta, no conozco el funcionamiento de cada uno pero sí conozco fideicomisos que funcionan muy bien, por ejemplo, los Centros Conacyt que servían para que tuvieran recursos para desarrollar proyectos, becar alumnos y hacer publicaciones”, expresa.

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La obra y pensamiento de Benito Juárez no son recogidos por la actual administración. Woldenberg recuerda que a los liberales les debemos el escindir asuntos de la fe de la política. En cambio, la actual administración no ha fortalecido esa división, asegura.

 

“Cuando a mitad de la pandemia el presidente sacó una estampita del Sagrado Corazón de Jesús y dijo que eso podía ser una protección no solamente es militar contra la compaña del uso del cubrebocas sino que está poniendo a circular supercherías”.