Vivimos en un mundo injusto que proviene de nuestras instituciones y el mayor problema es que nos hacen creer que “está bien”, añade/ Presenta su novela Barrio Lento

 

Actualmente estamos viviendo en un mundo totalmente injusto que proviene de nuestras instituciones y el mayor problema de esto es que ellos se han encargado de que creamos que “está bien” el estilo de vida que nos dan, señaló en entrevista el escritor Rafael Ferrer a propósito de Barrio Lento, su más reciente novela publicada por Dharma Books.

 

“Hoy en día el rostro del mal ya no dispara una bala, sino que avienta un discurso con el cual doblega las cabezas y nos convierte en seres que aceptamos lo que el discurso dice sin poner resistencia alguna, sin pensar críticamente. La manera en que nos están queriendo esclavizar es haciéndonos creer que estamos haciendo lo correcto”.

 

Lo anterior, puntualizó, deviene de que “han suavizado la educación”. “Ha sido un proyecto generacional donde a los jóvenes les han ido provocando una pérdida de valores e identidad, al grado de que hoy en día una persona pueda terminar una universidad con conocimientos adquiridos por la mnemotecnia, es decir, por memorizar cosas, sin la necesidad de adquirir un óptimo nivel de interpretación o criterio”.

 

“¿Qué decisión tomará alguien que no interpreta, que no cuestiona, que no tiene un criterio?, la de la obediencia. Vamos a tener generaciones obedientes a lo que nos dicen que es bueno, aunque en realidad sea malo”.

 

En ese sentido, añadió que si se carece de valores, principios, criterio, voluntad y demás recursos para entender lo que se está obedeciendo, es decir, si se obedece ciegamente es como ir caminando directo al matadero.

 

“Hay un montón de cosas que deberían hacernos decir: esto no está bien, no obstante, a través de agentes psicológicos y culturales -como los memes- se tratan de romantizar situaciones como la pobreza, la violencia y el abandono y entonces lo aceptamos como parte de una realidad “normal/buena”. Como sociedad estamos dando un valor positivo a cosas que carecen de ética o civismo. Al engargolar esto nosotros hacemos que el sistema actúe de una manera criminal, con apariencia de justicia”.

 

LIBRO. Barrio Lento habla de violencia, pobreza, pedofilia, explotación y abusos de poder, mientras varias pandillas del barrio Las Razas Unidas comienzan a aliarse durante un sospechoso operativo militar, pero a través de los ojos de los raperos Master Bit y Mac Tao.

 

“Utilizo como bastión el rap porque me parece que hoy en día lo más anárquico y contracultural que existe es el rap; a través de él muchas personas se están manifestando en contra de todo lo que a ellos les parece no está correcto, expresan su inconformidad por el mundo en el que viven”.

 

Se podría hablar del punk como un medio de expresión liberadora utilizada por los jóvenes para rebelarse y demostrar tanto sus inquietudes, como su desprecio hacia un sistema, pero hace tiempo perdió esa actitud contestaría y se volvió más un género y una moda, cosa que no sucedió con el rap por la misma forma en que éste se originó, explicó.

 

“El hip-hop y el rap nacen en Harlem en un momento en que éste era explosivo, se vivía un mundo de guerrillas y una situación miserable, había mucha violencia y abuso de autoridad… Hay un punto en que tanta violencia genera una manera de crear batallas que fueran más con la palabra, la idea, el pensamiento. Lo hoy conocemos como free style es lo que convierten al rap en el nuevo punk porque a través de la palabra ellos toman fuerza y se expresan en contra del sistema opresor”.

 

 En México, finalizó, el rap tiene mucha fuerza y exponentes. “Descubrí exponentes como Tren Lokote, entre muchos otros que tomaron voz. Tiene mucha fuerza y cada día se hace notar más porque ha tomado la voz de un pueblo que no se siente satisfecho de la situación que está viviendo en su país”.