Se cumplen 200 años del nacimiento del escritor que se plantó ante la sociedad burguesa y la criticó por su indiferencia, dice Lorena García/ Las flores del mal, el libro que cambió la poesía

 

El posicionamiento de Charles Baudelaire (1821 -1867) frente a la moral burguesa del siglo XIX tiene algo que decirnos sobre el capitalismo que actualmente lastima a la sociedad y, es que si bien “capitalista” es un adjetivo que ya comenzaba a gestarse desde ese tiempo, Baudelaire se anticipa a ese monstruo que se gestaba en la sociedad moderna e industrializada, explicó Lorena García Contreras, académica de la UNAM y maestra en Letras Latinoamericanas.

 

“Baudelaire ve a una sociedad indiferente que aparentemente está progresando, pero que a la vez está generando toda una serie de personas olvidadas tanto en las periferias, en la noche y en la pobreza. En ese sentido, podríamos definirlo a la luz de uno de sus títulos más célebres que es Las flores del mal, entendiendo este mal como un posicionamiento. Baudelaire es importante no sólo por los temas que plantea, sino por plantarse ante el establishment; él era un espíritu de rebeldía y por eso habla de Caín y Satán como el rebelde que se planta frente a cierto estatus y lo denuncia”.

 

Charles Pierre Baudelaire nació un 9 de abril,hace 200 años, en París, un país que entonces transitaba hacia la modernidad y que era, como es hoy en día, un referente cultural, “una ciudad luminosa, sofisticada, cuna de la cultura… un gran símbolo cargado de una connotación burguesa, de dinero y, de hecho, Baudelaire también toma esa idea del dandy, del pequeño burgués que anda en la ciudad y tiene vida de bohemio, para hablar de esa doble moral que no se quiere admitir”.

 

“El filósofo Walter Benjamín lo va a abordar de este lado y apunta que Baudelaire es capaz de desprenderse de esta mirada o cuna burguesa para plantarse frente a ella y decir: tus valores son hipócritas, la ciudad que comienzas a construir de forma ordenada esconde una perversidad y unas injusticias tremendas. Además, Baudelaire sabe de lo que habla porque lo vive, él no va a hablar desde una universidad o de algo que no sepa, él mismo tiene esa vida del flâneur, del dandy, de este personaje que recorre las calles, lo observa y lo experimenta en carne propia”.

 

“Baudelaire se va a fijar en la prostituta, en el vagabundo, en el borracho… esto es algo nuevo, quizá como lectores de este siglo nos pareciera algo muy usual encontrar este tipo de temas en la poesía, pero contextualmente es una ruptura tremenda”.

 

En su obra, añadió, podemos ver el dolor de un mundo que se va consumiendo y advierte que el proceso que se está poniendo en marcha no vaticina algo mejor. “Baudelaire se sentía abatido en la ciudad del siglo XIX y ve la esperanza como una mariposa con alas débiles, como un animal lánguido”.

 

No obstante a que en la obra de Baudelaire se encuentre toda esta perspectiva de lo obscuro y terrible de las sociedades modernas, “también va a haber en ella un atisbo de esperanza que es el arte y la poesía como una forma de catarsis para sobrevivir a todos estos horrores”.

 

SPLEEN. Lorena García Contreras explicó que el spleen se consideraba como la enfermedad del siglo XIX y retomaba también esta idea de la medicina griega clásica que decía que el bazo producía bilis negra y que ésta era la que provocaba un sentimiento de melancolía en el ser humano. A este sentimiento, en el siglo XIX se le catalogaba como spleen.

 

“El spleen era la enfermedad que marcaba a la sociedad francesa del siglo XIX y reside un poco en la nostalgia por otro momento histórico, pero es, sobre todo, el cansancio vital, el tedio, la desesperanza, la monotonía… Es interesante pensar que ahora, en tiempos de pandemia y de encierro, el spleen unido a la depresión, sería una de las patologías del humano en el siglo XXI”.

 

Este sentimiento que está presente en el epígrafe de Las flores del mal, elude a esta enfermedad de sus lectores: el tedio, que en palabras de Jean Paul Sartre (1905 – 1980) podría ser esta nausea vital donde no encuentras motivación o algo que haga más vívido en tus días.

 

“Si Baudelaire se sentía tan abatido en la ciudad del siglo XIX, imagínate si viviera en estas sociedades post industriales, su abatimiento sería aún más grande e indudablemente es parte de esa incapacidad de poder cambiarlo, de ver cómo se va desmoronando un mundo, vidas, vidas humanas… ver que las cosas cambian y no necesariamente para bien”.

 

 

 

Al lector

 

La estupidez, el error, el pecado y la avaricia

ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos

Y alimentamos nuestros amables remordimientos

como los mendigos nutren a sus alimañas

 

Nuestros pecados son descarados, nuestros arrepentimientos, cobardes

Nos hacemos pagar por nuestras confesiones

Y volvemos alegremente al cenagoso camino

creyentes, por las viles lágrimas que lavan todas nuestras manchas

 

Sobre la almohada del mal, es Satán Trimegisto

quien mece durante mucho tiempo nuestro espíritu encantado

y el rico metal de nuestra voluntad

es todo vaporizado por este sabio químico

 

Fragmento del poema publicado en Las flores del mal