ENTREVISTA. Hay una idea romántica de una mayor equidad en las culturas indígenas del tiempo precolombino, pero eso no es así. En las culturas precolombinas también tenían una preminencia los varones, añade la rectora de la Universidad Veracruzana.

 

El concepto de serpiente emplumada nació en las culturas del Golfo de México, la mujer durante época prehispánica también fue silenciada y las caritas sonrientes que fascinaron a Octavio Paz fueron hechas en serie y no pertenecen a Tajín. Ésas son afirmaciones que hace la arqueóloga Sara Ladrón de Guevara (Veracruz, 1964) en su reciente libro Sonrisas de piedra y barro: Iconografías prehispánicas de la Costa del Golfo de México.

 

La obra editada por la Universidad Veracruzana, donde la investigadora es rectora, se presentará hoy a las 18:00 horas en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, a través de las redes sociales @FilMineria y la página http://filmineria.unam.mx

 

MUJERES OMITIDAS. “Hay una idea romántica de una mayor equidad en las culturas indígenas del tiempo precolombino, pero eso no es así. En las culturas precolombinas también tenían una preminencia los varones y vale la pena revisar cuáles eran las condiciones, los valores y la simbología que se atribuía a cada uno de estos roles”, expresa Sara Ladrón de Guevara.

 

En entrevista, la arqueóloga indica que la oscuridad, el mal olor y la muerte se asociaban a las mujeres indígenas, lo cual justificaría la idea de una supremacía masculina.

 

“Recientemente en la arqueología, las mujeres hemos estado buscando a las mujeres de cada cultura y eso era algo de lo que no se hablaba. En la cultura olmeca, típica del sur de Veracruz y parte de Tabasco, las representaciones son básicamente de varones, toda la estatuaria, la escultura de basalto son hombres y en El Tajín también, en los bajorrelieves son hombres y las representaciones de mujeres son muy escasas”, señala.

 

La excepción sería la Huasteca donde hay mujeres y hombres representados en esculturas con un valor, cuidado y tamaño semejante.

 

“Eso nos habla de la relevancia del simbolismo de la mujer y de la asociación del poder como un tema masculino, pero en la sociedad huasteca, al norte de Veracruz y en los estados colindantes, sí hay una representación de mujeres y tiene que ver con un posible acceso al poder”, detalla.

 

En opinión de Ladrón de Guevara, las imágenes son documentos de primera mano porque la forma en cómo se representa la realidad o qué se deja de representar, plasman la visión del mundo.

 

“Encontrar grupos donde no hay representaciones de mujeres es importante señalarlo y donde sí hay tenemos que ver las situaciones, contextos y las formas en cómo están representadas”, indica.

 

En El Zapotal, un sitio de la Costa del Golfo, hay una colección de esculturas de mujeres muertas durante el parto que tras su fallecimiento se convierten en diosas, acompañantes del Sol cada tarde desde el cenit hasta el ocaso, es decir, ellas tenían un valor equiparable a los guerreros muertos en guerra.

 

“El tema de las mujeres en época precolombina tenemos que trabajarlo mucho más. Durante largo tiempo, la arqueología, como muchas otras disciplinas, ha tenido la mirada masculina. Las mujeres hemos estado en todos los momentos haciendo actividades relevantes para los acontecimientos históricos y para la época precolombina es el mismo caso y está en construcción la visión con perspectiva de género para las etapas precolombinas”, destaca.

 

RISAS Y QUETZALCOÁTL. En uno de los cuatro capítulos del libro, Ladrón de Guevara detalla los posibles usos y significados de las caritas sonrientes hechas en cerámica y típicas de Veracruz.

 

“Es muy rara en la historia del arte la representación de la risa y aquí en la Costa del Golfo tenemos ese complejo de caritas sonrientes que eran hechas en molde, de manera de que su representación es en serie y podemos encontrar muchas caritas sonrientes con el mismo tocado porque las estaban haciendo del mismo molde”, explica.

 

Uno de los estudios que analiza esas caritas y que menciona la rectora de la UV es Magia de la risa, de Alfonso Medellín Zenil, con fotografías de Francisco Beverido y con un ensayo del Premio Nobel de Literatura 1990, Octavio Paz.

 

-¿De dónde proceden estas piezas?

 

-De la Cuenca del Papaloapan y el Río Blanco. Por unos malos entendidos la gente las suele ubicarlas en la zona de El Tajín, pero es un mal entendido.

 

Otro planteamiento que hace la arqueóloga es que el concepto de serpiente emplumada tiene su origen en la Costa del Golfo.

 

“Tenemos evidencias gráficas de serpientes emplumadas muy tempranas, entonces podemos pensar en Quetzalcóatl con unos inicios al culto en temporadas del preclásico, a los inicios de la civilización Mesoamericana. Es muy interesante que el mito de Quetzalcóatl habla de la salida de Quetzalcóatl por el este”, indica.

 

Lo anterior, implicaría que la Costa del Golfo al ubicarse al este, el Golfo sería el lugar de origen, partida y retorno de Quetzalcóatl.