El hallazgo arqueológico se hizo en una construcción que se realizaba en el lugar. Al dominar la región, se habrían implementado sus costumbres.

 

Los vestigios de chinampas que se usaron en el centro de Tláhuac para abastecer de alimento a Tlatelolco durante época prehispánica, fueron registrados por el arqueólogo Octavio Vargas Carranza en un predio del Barrio de la Asunción, ubicado a espaldas del edificio de la alcaldía Tláhuac.

 

“Mucho de nuestro trabajo es con base en las construcciones que se vayan a hacer, por ejemplo, predios que se van a vender para construir departamentos. En este predio una constructora empezó a excavar, pidieron permiso al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero no esperaron a que el instituto contestara. Ellos empezaron a limpiar el terreno para meter los cimientos y fue cuando me llamaron para hacer el proyecto”, narra el arqueólogo.

 

En ese momento, Vargas Carranza inició el trabajo de salvamento arqueológico.

 

“Se pidió detener la obra y empecé a encontrar las etapas constructivas de chinampas, que al igual que como ocurre en la zona de Templo Mayor, también fueron construidas en ‘cebollita’, es decir, una etapa fue construida encima de otra. En el caso del predio de Tláhuac iniciaron con un pequeño terraplén hasta expandirse”, detalla.

 

— ¿Es el primer registro de chinampas en la zona?

 

— En el terraplén de Tlaltenco quizá hay registros pero puede ser que no estén bien interpretados. Seguramente hay otros registros. En estas chinampas se producía maíz, calabaza y frijol. La chinampa que documentamos producía cultivos todo el año por lo mismo que chupaba agua de todas partes y no necesitaba ser regada.

 

— ¿Cuántos canales se registraron?

 

— Era un solo canal que iba de norte a sur pero no llegué al final, por el tamaño del predio no pude encontrar hasta dónde se extendía aunque me imagino que seguía hasta la iglesia ubicada en el centro.

 

Algo que llamó la atención de Vargas Carranza fue el hallazgo de entierros de infantes a las orillas de la chinampa.

 

“En todos los contextos se encontraron entierros de niños. En Tlatelolco los entierros de niños estaban relacionados con el dios del viento Ehécatl o el dios del agua Tláloc y sabemos que Tláhuac fue parte del señorío de Tlatelolco, entonces al dominar toda esa zona, muchas de sus costumbres se implantaron ahí”, comenta.

 

En Tlatelolco, agrega el experto, en el templo de Ehécatl se encontraron 60 entierros de niños muy parecidos a los hallados en Tláhuac: todos infantes y algunos más grandes, de 8 años.

 

“Los restos óseos nos indican que fueron acomodados, no creo que pertenezcan al grueso de la población porque, si fuera el caso, tendríamos ancianos, jóvenes y adultos, tendríamos una diversificación, no habría una tendencia de infantes”, precisa.

 

En total, el arqueólogo registró 19 entierros con 27 individuos que datan del Posclásico Tardío, es decir, del año 1200 al 1500 d.C. Anterior a esos años, el experto encontró un sistema de pilotaje.

 

Por ejemplo, en el contexto denominado 2, Vargas Carranza localizó muros, pisos y accesos a cuartos del siglo XIV al S. XVI. “Los muros de los cuartos se encontraban sobrepuestos uno sobre el otro, pero no alineados, dando a entender que los muros más antiguos fueron aprovechados como parte del sistema de contención de la chinampa”, detalla.

 

En otro contexto registró ampliaciones hechas a la chinampa y los diferentes materiales empleados para su construcción.

 

“Variaron desde adobes de tierra, posiblemente del fondo del lago, pasando por adobes hechos de ceniza volcánica blanca, haciendo semejanza con el estuco; posteriormente emplearon roca basáltica careada y por último sólo tierra, para contener los muretes de basalto, probablemente la última etapa del canal”, indica.

 

De acuerdo con el arqueólogo, en los sismos de septiembre de 2017 se hizo evidente la forma de construcción prehispánica.

 

“Hay una parte muy dura que es el terraplén y otra muy suave que es donde se empezaron a rellenar los canales pero se rellanaron tan mal que hay una diferenciación de los suelos, si caminas por Tláhuac ves muros partidos porque es donde pasa el canal y lo primero que registré al llegar al predio fueron muros partidos, una falla antrópica”, indica.

 

— ¿Cómo era el centro de Tláhuac antes del año 1500?

 

— Quizá tuvo su centro ceremonial y juego de pelota, es posible que se conserven los arranques de cada estructura. Actualmente se observan clavos arquitectónicos en forma de calaveras y si entras a la iglesia hay algunas partes enrejadas que se pueden interpretar como el arranque de una estructura. En el centro hay varias casas con piedra careada.

 

En opinión de Vargas Carranza cada alcaldía necesita un proyecto constante de investigación similar al Programa de Arqueología Urbana que existe en Templo Mayor.

 

“Necesitamos un equipo de arqueólogos al instante porque siempre hay trabajos de infraestructura que necesitan ser atendidos. Cuando se da aviso al INAH de una nueva construcción, se gana mucho, se gana información de nuestra historia”, sostiene.